UNA PROPUESTA INTERESANTE
En el taller de zapatería la escena es surrealista: a trabajar dice el profesor, entonces presurosos los alumnos se acomodan en sus asientos. Clavan sin clavos, zurcen la rotura remendada con hilo imaginario y cortan con la cuchilla de la que ha quedado solo el mango. La propuesta de hacer zapatos para el personal de INABIF ha quedado en nada, ellos tienen sus proveedores.
Carlos Alberto, alumno de zapatería, toma la palabra por todos – “queremos pedirle al INABIF que nos den el terreno que está al lado del albergue, para construir una fábrica de carpintería o zapatería. Cuando salimos de aquí no encontramos trabajo y menos los internos que tienen cortes y marcas en la cara…. no nos queda otra que robar”.
”Nosotros no le daremos afecto, pero sí intentamos darles una formación laboral -dice el director León Mejía al concluir la entrevista-.
Si nosotros sumamos esfuerzos y buscamos gente especializada, con emoción social, que verdaderamente entregue su cariño y afecto a los muchachos, el menor podría cambiar”.
Y allí todos los días está Maranga, con sus paredes altas, frías, tristes, hongueadas de la humedad de la brisa del mar que está atrás de sus muros. Y allí están ellos, los que anhelan que el gobierno les brinde la oportunidad, de sentirse ciudadanos.