REPORTAJES DESTACADOS

Texto y fotos de Verónica Saenz. Cámara Nikon F1 Gran angular. Slides negativos color. Blanco y negro.

1993 – ASHANINKAS – PERÚ

MORIR EN UNA GUERRA AJENA

El General de Brigada Luis Pérez Documet -entonces jefe político ­militar del frente Mantaro- sacó del cajón de su escritorio la carta astral sobre la Operación Ene. Tres círculos, de los que partían 12 radios con números y anotaciones, resumían la expresión místi­ca de la acción antisubversiva del ejército en la tierra de los nativos asháninkas, dominada desde 1987 por la guerrilla de Sendero Luminoso.

Tras doblar la carta astral, el general se puso de pie y con las manos cru­zadas a la espalda comenzó a caminar por la oficina. Parecía nervioso. La ope­ración había comenzado. El oficial se sentó, desdobló la carta astral y, abriendo los ojos, comentó a CAMBIOI6: «Antes de que los 585 soldados entraran en com­bate les saqué el espíritu del cuerpo con mis conocimientos sobre la cuarta di­mensión. 

SENDERO PRENSA

REVISTA CAMBIO 16

Les hice combatir su propio miedo» La falta de decisión política y de re­cursos económicos del gobierno peruano conducido por el presidente Alberto Fujimori, impidió la entrada del ejército en los valles de la selva central peruana hasta mayo de 1991.

Ahora, casi dos años después, parece que el es­fuerzo por parte del Gobierno y el sufri­miento de la población -más de 3.000 nativos y mil colonos han muerto o desa­parecido- han sido inútiles. Los asháninkas que quedan están muriendo lentamente, sin alimentos ni medicinas. 

«Estamos más prisioneros que nunca, recluidos en este pequeño terreno. Necesitamos vivir como antes, en nuestra selva, con nuestros ríos, con tranquili­dad» – nos comenta angustiado uno de ellos refugiado en la base del ejército.

PRISIONEROS EN SU TERRITORIO

Los asháninkas habían vivido siem­pre en libertad. Eran nómadas dentro de un mismo territorio: cazaban, pescaban, recolectaban y sembraban yuca básicamente. Hasta entonces habían per­manecido ajenos al desarrollo de las grandes ciudades y el Estado, a su vez, ajeno a sus necesidades.

A partir de 1980 los habitantes del campo y la ciudad de Ayacucho, huyendo de la pobreza y la violencia, empezaron a bajar desde la sierra por el río Apurímac para colonizar las tierras de los as­haninkas, entre los ríos Ene, tambo y Perené, en la selva central de Perú.

Sendero Luminoso sometió primero a los colonos del Apurímac, para luego ir hacia el norte, remontar el río Ene y dominar a las comunidades nativas con violencia y sometimiento. Los asháninkas, ajenos a toda concepción política, opu­sieron poca resistencia a la implantación del nuevo «Estado» senderis­ta. En la mayoría de las oca­siones los terroristas obligaban las comunidades a matar a pobladores de su propia comunidad a cambio de sal­var su vida.  Una vez conse­guida la sumisión a Sendero, el colono o el nativo aceptaba ser jefe y controlar a la pobla­ción, a los encargados de seguridad, producción agrícola y organización. Sendero Luminoso agrupó a las familias nativas de distintos grupos familiares, para te­ner un mayor control del terri­torio y de la población. A su vez, colocó a sus hombres en las márgenes de los ríos Ene, Tambo y Perené con el fin de paralizar el comercio.

1993 – PRESIDENTE ALBERTO FUJIMORI – PERÚ

Probablemente no hay nadie tan optimista en Perú como su presidente.

Para cuando acabe su mandato, en 1995, piensa haber terminado con las guerrillas, haber revitalizado la economía con una masiva entrada de inversiones y afianzado definitivamente la democracia. Si lo logra, habrá ganado un juego político que comenzó en 1991, con una meticulosa campaña que mostraba las evidentes deficiencias de algunas instituciones y el desgaste de los políticos tradicionales. La partida con continuó el 5 de abril de 1992 con un golpe de gracia: cerró el Congreso y anuló el poder judicial. Poco después comenzó la depuración de altos mandos en las Fuerzas Armadas, lo que provocó un intento de golpe militar el pasado 13 de noviembre que, si hubiera cuajado, habría sido su última jugada.

Ahora, con el ya instalado Congreso Constituyente, las piezas están colocadas para que jueguen a su favor: para el presidente Alberto Fujimori es la hora de la concertación con todos para conseguir la estabilidad política.

Presidente Alberto Fujimori Perú

REVISTA CAMBIO 16 ESPAÑA

Si bien la guerrilla de Sendero Luminoso está debilitada por la captura de su líder, Abimael Guzmán, y sus principales colaboradores, se prevé, ante la cercanía’ de las elecciones municipales, que se inicie una ola de atentados selectivos contra los candidatos.  -Los candidatos más notorios tienen seguridad, pero hablando en términos reales no es posible dar protección a todos ellos; superan algunos miles. El Gobierno tiene toda una estrategia de pacificación cuyos resultados son visibles. Las elecciones para el Congreso Constituyente se han realizado prácticamente en la normalidad, aunque no descartamos que hayan atentados porque la lucha contra Sendero Luminoso y el MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru), no ha terminado. ¿Se ha entrevistado con Abimael Guzmán?  -Nunca he tenido un contacto directo; las informaciones que aseguran eso son falsas. No me interesa verlo; sólo que esté en una prisión segura para que no tenga ninguna posibilidad de escapar. Guzmán es un hombre sumido en su fanatismo, con una pseudo ideología sin sustento. Es un repetidor de algunos dogmas y ha perdido la orientación política. 

¿Piensa reinstaurar la pena de muerte? -En estos momentos está en función del Congreso. Ahora prefiero mantenerme al margen para evitar suspicacias de los críticos. Quisiera que el Congreso actuase de la forma más autónoma posible. Claro que, personalmente, soy partidario de la aplicación de la pena de muerte a estos cabecillas. En noviembre pasado hubo un intento de golpe de estado. Ahí quedó claro el descontento de un sector de las Fuerzas Armadas por la arbitrariedad con que se han manejado los ascensos y pases a retiro, además de los bajos sueldos. ¿Cómo va a limar asperezas para evitar otro intento de golpe? -Me gustaría saber a qué sector se refiere usted. Seguramente ha recogido la información de los medios de comunicación. Yo pertenezco a un medio de comunicación, y usted sabe que viajo a zonas de conflicto, y que mis temas son subversión y narcotráfico.  -Gracias por la aclaración. En lo que se refiere a sueldos y salarios, obviamente no son satisfactorios. Pero esto no es sólo en el sector militar, sino también en el universitario, diplomático y en todo el sector público. De acuerdo, pero los militares tienen las armas…

Carlos Boloña, en su carta de renuncia, señaló que usted gobierna según las encuestas. -Pienso que la carta la escribió en un momento especial, y no tuvo una reacción sensata. Al margen, para mí los sondeos de opinión son muy importantes porque me permiten evaluar la opinión de la población sobre las medidas que toma el Gobierno. Lo interesante de todo esto es que no hay una correlación directa entre populismo y respaldo popular. Para el presidente, cuando se quiere moralizar el país y pacificarlo, es importante el apoyo de la población. –El nuevo ministro de Economía, Jorge Camet, ha anunciado que va a conseguir una reactivación económica. ¿Cómo lo logrará? -Espero que lo que pueda generar una mayor producción, sea corregir paralelamente dos elementos de distorsión: bajar la tasa de interés, que significa una carga muy pesada para las empresas y mejorar el tipo de cambio. El Gobierno, naturalmente, tiene que hacer una mejor gerencia, en el sentido de que lo que recauda sea inmediatamente devuelto a la economía a través de los canales más adecuados. Camet también afirma que habrá un agresivo programa de compensación social. ¿Se refiere a comedores populares o a la creación de pequeñas empresas?    -Fundamentalmente a la generación de empleo y la mejora de la infraestructura para la producción y para el bienestar de la gente. Por ejemplo, en el área rural se requieren muchas obras de canalización, de pequeños caminos rurales, de generación eléctrica para que a su vez se puedan generar pequeñas empresas. Es decir, sentar las bases para que estas microempresas puedan instalarse en las zonas urbanas gracias a un plan de obras de construcción, lo que ya estamos haciendo en niveles bastante aceptables. Para lograrlo estamos trabajando con la recaudación fiscal, porque el crédito externo ha sido muy bajo. Las masivas migraciones del campo a la ciudad -por la violencia o la pobreza- han convertido Lima en una ciudad súper poblada donde más del 50 por ciento de sus habitantes vive en barriadas miserables, la mayoría sin ninguna condición sanitaria. ¿Qué piensa hacer su Gobierno al respecto?  -Ofrecer las condiciones para la reemigración: primero tienen que ser rentables estas zonas que han sido abandonadas. Hacerlas rentables significa proveerlas de infraestructura: canales y caminos. No voy a incentivar la reemigración mientras no estén las condiciones dadas. Este va a ser un proceso natural. Independientemente de las emigraciones, el problema de fondo es el alto crecimiento demográfico, particularmente en la zona rural, donde supera el 2,3 por ciento anual. No tenemos resultados concretos en el programa de control de la natalidad. Creo que es importante corregir esto y llegar, si fuera posible, al 1,9 por ciento.

Creo que ningún oficial de las Fuerzas Armadas desearía un aumento de las remuneraciones con emisiones monetarias. Se quiere mejorar la economía para mejorar los sueldos. Existe malestar en los generales retirados y en aquellos que fueron apartados por participar en el intento de golpe del 13 de noviembre, como es obvio. Las Fuerzas Armadas tienen conciencia de la direccionalidad de este Gobierno. Creo que después de mucho tiempo las Fuerzas Armadas están en función del poder político; no son un poder paralelo. Insisto, señor presidente, en que el malestar aún persiste, y no sólo en aquellos implicados en la intentona golpista. ¿A usted no le preocupa la posibilidad de otro intento de golpe? -La disciplina y la mística que se perciben en la oficialidad es fundamental para la estabilidad política del país. Estoy tranquilo en ese sentido.  El primer ministro, Carlos de la Puente Raygada, ha responsabilizado al ex ministro de Economía, Carlos Boloña, de la actual recesión al perder el control sobre el gasto interno. ¿Está de acuerdo con estas críticas? -No se trata de errores, sino de distorsiones que se presentan en un programa económico y que es necesario corregir: bajo tipo de cambio, altas tasas de interés. No responsabilizo al ministro Boloña. Él ha realizado una excelente labor.¿Fue eso lo que provocó la dimisión de Boloña o hay otras razones de fondo? -Hay razones de carácter político y técnico. Después de dos años un ministro de Economía obviamente se desgasta. Consideré que se requería cierta oxigenación en esta nueva etapa, particularmente en estos momentos en que se vislumbran problemas en los sectores de la oposición. ¿A qué problemas se refiere? -Problemas no, críticas que pudieran ser infundadas. Las otras razones son de carácter técnico. Habría que hacer mayor incidencia en lo que se refiere a los correctivos económicos y tener un puente de comunicación más fluido con el sector productivo. Esto no quiere decir un cambio del programa económico; tampoco la reactivación forzada. Seguiremos la misma línea buscando estas correcciones.

Se dice de usted que es un político astuto y hábil. ¿Cómo se calificaría? -He aprendido mucho; más bien creo que soy alumno de la política, pero liberado de los intereses particulares. Poco antes de la segunda vuelta electoral, usted dijo que su plan de gobierno se diferenciaba del de Mario Vargas Llosa, el candidato rival, porque no aplicaría un shock económico: ni habría privatizaciones ni liberación del comercio exterior. Sin embargo, una vez en el Gobierno, hizo todo lo contrario. ¿Eso no fue astucia política?  -Cuando se hizo una evaluación de la economía del país, los elementos con los que se contaban no se ajustaban a la realidad. Por ejemplo, sobre las reservas internacionales, sobre los forados (fugas de capital) en las empresas públicas, sobre el déficit fiscal, sobre la emisión inorgánica (de papel moneda), sobre las necesidades en el tesoro público y sobre el proceso hiperinflacionario que llevó el litro de gasolina a seis centavos de dólar. Esto nos obligó a trabajar con pragmatismo y llevar la gasolina a su precio real, un dólar y medio. En lo que refiere a privatizaciones, tras un año de evaluación, no veíamos posibilidades de un fácil reflotamiento. Tomé personalmente la decisión de iniciar la privatización.

¿Qué piensa sobre la integración lationamericana?-Pienso que debemos continuar en esta ruta, pero en términos concretos. El ejemplo más claro es nuestra relación bilateral con Ecuador.

Han disminuido totalmente las tensiones fronterizas. Esto ha permitido al Perú derivar fuerzas concentradas en las fronteras para trasladarlas a las zonas de emergencia, para destinarlas a la lucha contra el terrorismo.  Del mismo modo lo hicimos con Bolivia. Hace dos años tenía un alto concepto de Vargas Llosa. Hoy, el novelista, al conocer la crisis económica de nuestro país, insiste en pedirle a las instituciones financieras que no den créditos al Perú. ¿Ha variado ahora su concepto sobre él? -Sigo pensando que las personas son por naturaleza buenas. No me explico su actitud. Creo que por las informaciones que le llegan tiene una idea equivocada. Espero que pronto le hagan llegar la información correcta. A veces, los peruanos tienen la impresión de que usted posee en el palacio de Gobierno un juego de mesa llamado Perú donde estudia detenidamente cada jugada. Sería interesante saber cuál será el final del juego, en 1995. -Soy un hombre planificador, ordenado, que evalúa todos los elementos disponibles. En realidad, manejo los problemas del país en el contexto político como si estuviera frente a un tablero de ajedrez. Yo digo: me van a hacer esta jugada, entonces yo hago dos jugadas previas, un jaque y luego un jaque mate. Todo con el objetivo de sacar al Perú de la crisis. Espero que en 1995 el país esté completamente pacificado, un país donde las inversiones sean atractivas y donde la población ya esté participando en este proceso de reactivación. Personalmente no tengo ninguna obsesión por ser reelecto. 

1995 – AYAHUASCA – PERÚ

Iquitos. Perú.

Los nativos de la cuenca amazónica han utilizado desde época inmemorial la planta Banisteriopsis caapi, conocida como Ayahuasca,  llamada “la medicina”, “doctorcito ayahuasca”, yagué, la liana del ahorcado o la soga del muerto, utilizada por los chamanes de las comunidades nativas amazónicas, quienes transmiten de generación en generación sus conocimientos. Médicos de la naturaleza, de las comunidades nativas, son quienes curan los males del cuerpo y del espíritu desde que el hombre fue hombre y se alimentó y curo con las plantas.

Esta liana, ayahuasca, es un poderoso alucinógeno  utilizado en las ceremonias realizadas por un maestro curandero quien lo conduce -luego de la ingesta del paciente-  por el laberíntico inconsciente de su mente, mediante ícaros cuánticos, que entona al son de su maraca hasta encontrar el padecimiento y liberarlo.

En la ciudad de Iquitos existen actualmente 110 maestros curanderos quienes atienden las noches de  martes o viernes, en la ciudad y alrededores.

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Francisco del Castillo es uno de ellos, tiene un pie torcido semejando al duende de la selva, el chullachaqui,  que juega travesuras a los visitantes. Con él nos vamos en una pequeña embarcación de madera, surcamos el río Nanay hasta la otra orilla, Caminamos un largo rato, con los cinco sentidos puestos en la abundancia de verde y de sonidos. Francisco, machete en mano, silva raspante con sus dientes, rodeando un grueso árbol de ramas y lianas, donde el ayahuasca lo observa vigilante, entregándose a su destino.

“Ayahuasquita te voy a llevar, para que nos hagas ver el universo, el sol, el cielo, las estrellas, ver las penas de tu corazón ayahuasquita, llevándote estoy te voy llevando”, y el machete cae, y el maestro la caga hasta llegar a  la  maloca de palmas en la inmensa soledad de la selva. En el fogón a leña la cuece en la olla de barro, todo el día, agregándole unas hojitas de chacruna y un poquito de toé, para tener visiones. Antonio del Castillo, mientras oscurece serio y sacro sentencia -“si llegas a ver infiernos, son tus propios fantasmas… los fantasmas de tu mente”. 

“Un trago, dos tragos, tres tragos. El líquido se deslizó amargo y espeso por mi garganta. La noche era densa, tan densa, que hasta la luna y las estrellas habían huido”

Una catarata de gritos corta la húmeda oscuridad de la selva. Las tinieblas me juegan una mala pasada. No veo nada, aunque abra aún más mis ojos. La fantasía ha ocupado el escenario de lo invisible. La boca, pastosa, sabe a tierra. Mi lengua y las paredes de mi garganta parecen estar cubiertas por una película plástica. Las maracas sacan sus primeros ruidos y el maestro comienza a silbar trayendo de a poco una canción que no llego a entender. Algo retumba en mi cabeza. Me acuerdo del Manguaré, ese tronco hueco que los nativos hacen retumbar en la selva. A mi costado está el maestro. Siento el olor de su ropa, una humedad sucia y animal. Casi puedo ver, sin mirar, la piel resbaladiza de su rostro. Sus poros están abiertos, muy abiertos y yo me deslizo dentro de ellos, flaca como una aguja. ¿Será él mi único guía en este vuelo sin timón ni brújula; El que me jalará de un brazo si me sumerjo en una pesadilla sin retorno… el que me tirará una cuerda si la tierra abre su boca y una pegajosa lengua intenta succionarme?

Deben ser las diez de la noche. Me levanto. Vomito. “Te estás limpiando por dentro”- me dice el curandero. Me recuesto nuevamente. Sé que estoy ahí, estática y con los ojos cerrados. Lo sé porque lo estoy viendo desde arriba. Se ha producido el “desdoblamiento”. Veo mis secretos. Reflexiono. Veo amarillo a mi costado y todo negro otra vez. El negro se convierte en un túnel, el túnel es la selva oscura por la que corro recibiendo latigazos de las ramas de los árboles,, naturaleza… “Ayahuasquita -sopla el cantar del curandero- a ti te voy dejando Ayahuasquita”. Está amaneciendo.  Veo a los árboles y su savia, hermanados con mi sangre armonizada y al horizonte  ralo rayar mi nariz. Mi cabeza aún yace sobre el suelo…”

1990 POESIA PERUANA

Una mañana sabatina de agosto de 1990, hacia el fin del invierno limeño, el gris del cielo de Lima lucía más claro que de costumbre. Estábamos en guerra interna por los grupos levantados en armas, Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, aunque los limeños aún no lo sentían en carne propia, si en las provincias y en las carátulas de los periódicos. Esta vez, aunque sí de violencia, también de poesía.

Nos reunimos con Rocío Silva SantistebanRossella di Paolo y Patricia Alba, tres representantes de la poesía de los 80, en la antigua cafetería Las Mesitas, en el bohemio barrio de Barranco. La generación de los 80 había generado una buena cosecha literaria: 149 libros publicados de 83 poetas peruanos.

Tres cafés americanos por favor. Comienza Patricia Alba nuestra conversación – “Yo creo que la violencia política sí se refleja en la poesía, en los poemas eróticos. La violencia diaria que vives la conviertes en una violencia muy personal“.

De izquierda a derecha poetas Rossella di Paolo,
Patricia Alba y Rocío Silva Santisteban

Con su modo suave modo, Rossella di Paolo interviene – “Yo creo que la poesía ha entrado al cuarto, pero metiendo la calle adentro. Tú enfocas los temas personales de una forma más subjetiva, más lírica y delicada…pero con mucha ira por dentro.” Rossella di Paolo comenzó a escribir a los 14 años, “la cosa es continuar” me dijo al ingresar a la cafetería. Y continuó. Hoy tiene publicado Prueba de Galera (1985) y Continuidad de los cuadros (1988).

Amor de Verdura

El rey tiene barbas amarillas como los choclos

y una sonrisa apretujada como los choclos

y tiernas sábanas verdes como los choclos

ah, y a mí como me gusta, como los choclos, el rey.

Rossella di Paolo 

Continuidad de los cuadros

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La poesía sensual y erótica estaba en boga, criticada por conceptos tradicionalistas de aquellos que, a esta hora, salían de la iglesia de la esquina. Agresiva o impúdica para la mayoría de los hombres, que tienen la tendencia de mirar a la mujer a ejemplo y semejanza de la madre idealizada, como mujer inmaculada. El orgasmo, los senos y el semen sonaban en el inconsciente colectivo a palabras sucias y no de amor.

Mientras revolvía el azúcar en su taza de café, en el traslúcido ambiente rodeado de ventanas, Rocío Silva Santisteban, de las más crudas y determinadas en las letras, comenta – “La generación de los 80 respecto a años anteriores, se diferencia en que la violencia que vivimos en el Perú es tan pesada, que uno tiene que meterse en si mismo, escribir poesía confesional. Esa violencia se traduce en tu propio lenguaje, y el que usamos todas me parece bien fuerte”.  Abogada, periodista y estudiante de literatura, a sus 27 años ha escrito dos poemarios Asuntos circunstanciales (1984) y Este oficio no me gusta (1989), con el que obtuvo el segundo premio COPE en la Tercera Bienal de Poesía.

Ira causada por la violencia estructural, décadas de pobreza en el campo, había logado prender las ciudades del Perú. La violencia y el miedo ya estaba instalado en los más informados. Sentadas, como antiguas amigas conversando, y a pesar de la realidad política, se escapaban las cómplices risas de tres poetas, ante esta entrevista inusual.

 “Creo que lo que ha cambiado es que hay una vuelta hacia uno mismo, una vuelta hacia lo interior. La calle ha dejado de ser un escenario atractivo para convertirse en un escenario de costumbre. La poesía urbana, la fuerza de lo coloquial, lo cotidiano, ha pasado. Esa fuerza interior se aprecia en la poesía escrita por mujeres”- Patricia Alba, periodista y estudiante de literatura, con su único libro publicado O un cuchillo esperándome (1988), y su próximo a publicar, La otra noche, bate su larga cabellera a modo de gestualidad.

Es que acaso se estaba rompiendo el mito del poeta bohemio. De las reuniones de cerveza y versos en los bares, para refugiarse en las alcobas…  – “Nuestra generación es mucho más individualista, se ha perdido la costumbre del grupo. Cada uno se lame las heridas en su cuarto” comenta Rossella y Patricia añade – “Me parece que en todo caso no pretendemos fundar nada, ni ser vanguardia de nada. Te tomas las cosas con más levedad, si tanta pesadez, sin la obligación de tener que escribir¿Cuál es la diferencia entre escribir y publicar? Rocío toma la palabra – “Para publicar hay que asumir que se tiene un oficio” y Patricia agrega – “Creo que lo principal es tener ganas de publicar, y lo importante al publicar es que te cierra etapas. Tienes un objeto, tomas distancia, lo evalúas y ves que te falta”. Pensativa, mirando absorta ese rayo de luz que se coló por la ventana Rossella finaliza – “Pienso que si tú escribes para tí el poema está prendido a tus faldas, no se puede parar bien. Cuando lo publicas, ya puede caminar solo, y soltarse de tu falda, como un niño, va a crecer. También creo que tu trabajo necesita los ojos de otro para que camine”.

Ya sé que andas diciendo por ahí

Que nadie pisa mis colchas

  • Que soy perro o gato.
  • Y a pesar de no haberte dado mis faldas a levantar.
  • Comentas con los muchachos las formas de mis piernas.
  • Pero es tarde, ya nadie te hace caso.
  • Mejor dar vueltas y empezar a andar, imaginando 50 mil lugares donde acostarse.
  • No me ofendo, son muchas las que como yo conocen tus debilidades.
  • Tus largos paseos por calles pobladas y sucias, donde las mujeres se colocan ofreciéndote un inflado cuerpo.

Mujeres que sonríen y te tocan, y tú sabes que no hay risa en esos lugares cubiertos de moho, donde lo más nuevo se transforma cuando empieza a amanecer.

Vuelves al barrio de la misma manera en que te fuiste.

Los muchachos de la esquina ya no están, caminas encorvado.

Recorres todas las casas donde imaginaste caminar, recorres todas las casas donde imaginaste una mujer para ti.

Llegas a mi puerta: ven amigo, únete al jolgorio, goza esta tibieza. 

Patricia Alba – O un cuchillo esperándome

El último café por favor, le suplica la amplia sonrisa de Rocío al mozo. Rossella, tú que hasta el momento no has publicado poesía erótica, ¿qué piensas de ella? -le pregunto- “¿Qué cosa no es erótico si entendemos por erótico esas ganas de vivir, esa fruición, lo alejado de lo fanático y destructivo? No quiero limitar lo erótico a lo sexual, como la crítica lo ha ligado. Eso, creo, que es empobrecer el contenido de lo erótico. Además, lo sexual forma parte de tu rabia, tu protesta, no lo encajones”.

Rocío agrega – “Ese término de erótico lo considero un poco castrador, el tema del sexo escrito por la mujer siempre ha sido mal visto, con prejuicios. Yo la catalogaría como poesía amorosa, amorosa hasta dentro”. ¿Qué sientes cuando el lector comenta tu poesía? – “Cuando yo publico siento que estoy haciendo un streap tease del alma, estoy poniendo muchas cosas sobre el tapete. Cuando hemos leído poemas elevados de temperatura, en recitales, algunos hombres me han agredido. Creo que se han sentido tocados, dolidos. En ese mismo público había mujeres que se levantaron y me defendieron. En realidad, lo que quiero que entiendan y comprendan, es que estoy confesándome honestamente”.

Danzar sin equilibrio

“Bebíamos vino después del amor. No recuerdo el sabor de ese vino, ni el sonido de tu garganta apurándolo. Con tus largos dedos mojabas mi cuerpo de vino blanco, lamías mi cuerpo de vino blanco, bebías mi cuerpo blanco”.

Fragmento de Este oficio no me gusta- Rocío Silva Santisteban

En los últimos sorbos de esta chala coloquial, retomando el inicio le pregunto a Patricia Alba ¿Hay un rechazo hacia la poesía amorosa? “Hay un rechazo porque de alguna forma a esos lectores se les está cuestionando la imagen de la mujer que ellos han querido conservar. Les remueve que la mujer se permita tener orgasmos y decirlo”  -finaliza..

1993 – ENTRE DOS FUEGOS – PERÚ

Hace frío sobre los 3.000 metros de altura. La comunidad de Occro duerme la noche mientras las manos secas y agrietadas de Teo­doro intentan ajustar con un alam­bre el cañón de su escopeta. Atarlo a la culata, para tener mejor puntería. Teodoro se arropa con el poncho y calza el chullo en su cabeza. Se pasa con la lengua, de un lado a otro, el bolo de coca y lo succiona de cuando en cuando, para no sen­tir el hambre, el frío, ni el cansancio. Teodoro Quinchiza está de guardia en la torre de vigía. Se ha quedado estático apuntando a la nada de los cerros hasta el amanecer.

«Ayacucho está cansada, señorita. Tantos muertos y tanta violencia le han quitado la sonrisa».

A finales de la década del 70, la Universidad San Cristóbal de Huamanga estaba en su apogeo. De sus claustros surgieron figuras lite­rarias y políticas, actores en una época de cambio. Entre ellos Abi­mael Guzmán Reynoso, ideólogo y líder de Sendero Luminoso, cabecilla en los últimos 13 años de violencia política en el Perú.

En los últimos años de dictadura militar del general Miguel Morales Bermúdez, existía en la ciudad de Ayacucho una caldeada oposición política de izquierda de clara ten­dencia maoísta. Abimael Guzmán Reynoso, era entonces profesor en Derecho y Filosofía en la Universidad de Huamanga, y con gran peso político en la agrupación comunista Patria Roja. Abimael Guzmán sostenía que era el momento propicio para iniciar la lucha armada «desde el campo a la ciudad para lograr la toma del poder». Guzmán se separa, llevándose parte de los militantes de Patria Roja, y forma la agrupación maoís­ta Por el Luminoso Sendero de José Carlos Mariátegui.  Con el tiempo, se dejarían llamar «Partido Comu­nista del Perú – Sendero Luminoso, reivindicando así sus atentados». Poco después Abimael Guzmán se autoproclama «presidente Gonzalo» pasando a la ilegalidad, y escribe un documento, el «Pensamiento Gonzalo», doctrina que toma del marxismo la dialéctica; del leninis­mo, la tesis sobre el imperialismo, y del maoísmo, la teoría militar del proletariado.

 

DIARIO EL MUNDO, ESPAÑA.

Y en la sierra sur existía -y existe- la necesidad de un cambio. Las comunidades andinas, sumergidas en el atraso y en el olvido, estaban dispuestas a tomar un nuevo rumbo. Sin embargo, la ilu­sión duró poco tiempo.  El auto­ritarismo y la violencia de Sendero Luminoso transformó aquel senti­miento, en terror absoluto. Los comuneros estaban desconcertados con este rugido de violencia. Las columnas armadas de Sendero caminaban por los cerros, visitándolos. Llegaban al amanecer, reunían a la gente en la plaza del pueblo e impartían su propia jus­ticia. Entonces se llevaba a cabo el “juicio popular”, en el cual com­prometían a algunos comuneros a asesinar, delante del resto de la población, al alcalde o autoridad, que se opusiera y al que tuviera un pariente policía o militar. Los “juicios populares” suelen ser sangrientos. Sendero no desperdicia balas. Los “ajusticiamientos” gene­ralmente se realizan con otros métodos, como   rompiéndoles la cabeza con una piedra, lanzas o herramientas de labranza. 

Luego de nombrar nuevas autoridades “del partido”, los senderistas obligaban a los profesores a impartir a los alumnos los acuerdos, normas y principios del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso.

En 1986 el campesinado ayacuchano estaba cansado de tanta violencia política. El campesinado se encontraba en un sándwich de violencia. Estaba siendo acosado tanto por Sendero Luminoso como por las Fuerzas Armadas. No le queda otra alternativa y se ve obligado a optar. O lucha contra Sendero o contra el ejército. 

El 17 de mayo de 1980 -la noche anterior a las elecciones democrá­ticas- Sendero Luminoso inicia la lucha armada quemando las urnas electorales de un pequeño pueblo ayacuchano. La consigna era “agitar el campo”.

LAS PRIMERAS RONDAS CAMPESINAS

Así nacen las primeras Rondas Campesinas. Campesinos armados con rústicas lanzas, machetes y cuchillos, quienes defienden a sus comunidades de los ataques de Sendero Luminoso. El Ejército Peruano no confiaba al principio en las Rondas Campesinas. Pensaba que, si armaba al campesinado, éste se podía volcar, tiempo después, contra ellos y entregarle las armas al terrorismo

Los ronderos sufren, a partir de entonces, la venganza de Sendero por haberse organizado. Las columnas senderistas bajaban por los cerros, con superioridad numérica y con armamento más sofisticado. Cientos de comuni­dades fueron masacradas. 

En 1990 el Gobierno y el Ejército, entendiendo como necesaria la par­ticipación de las rondas en la lucha antisubversiva, decidieron intensifi­car su formación, no sólo en Aya­cucho, sino también en el resto del país, donde hubiera “Zonas Rojas” por liberar. Para ello provee a las Rondas Campesinas de escopetas Winchester, efectivas solamente para un ataque a corta distancia. Algunas comunidades reciben entrenamiento militar.

La organización de las rondas de autodefensa civil ha significado un golpe bajo para Sendero Luminoso. En primer lugar, porque le quitan masa para sus bases de apoyo. En segundo lugar, restringen su terreno de acción. Por otro lado, el rondero conoce sus cerr os, camina ágilmen­te en la altura y encuentra con facilidad -más que el ejército- el desplazamiento de las columnas Sendero Lumi­noso. Por último, los ronderos son los solados que el ejército no tiene para resguardar a todo el territorio.

Sin embargo, las armas, las muni­ciones y el entrenamiento resulta­ban escasos para derrotar a la sub­versión. A los ronderos no les que­ da más alternativa que fabricar ellos mismos sus armas, fusiles llamados “tirachas” o “hechizos” -de tiro a tiro-, para enfrentarlos con más dignidad, aunque éstas tengan menor alcance y sean menos efectivas que las mismas Winchester.

La intención de Sendero es des­prestigiar internacionalmente a los Comités de Defensa Civil para obligar al Gobierno a retirarles el apoyo logístico.

Hoy en todo el Departamento de Ayacucho hay más de quinientas comunidades constituidas en ron­das campesinas

La estrategia ha consistido en organizarlas en forma de espiral a partir de una base o patrulla del ejército, a modo de irle quitando terreno a la subversión. Es de supo­nerse que ante un ataque sende­rista, el ejército acude a prestar refuerzos.  Pero   ello   no   siempre -casi nunca- sucede, menos aún con las comunidades que recién están tomando la decisión de orga­nizarse, que son las que se encuentran en el límite de la espiral.

Para contrarrestar el fortaleci­miento de las rondas y quizá basa­dos en los excesos cometidos por algunos ronderos, los «Comandos» -jefes ronderos- son acusados ante la fiscalía por abuso de autoridad o robos de tierra o ganado. La intención de Sendero es des­prestigiar internacionalmente a los Comités de Defensa Civil para obligar al Gobierno a retirarles el apoyo logístico.

La situación de los ronderos ha sido dramática hasta poco tiempo atrás. “El Gobierno suspendió los créditos agrarios, nos pagan pre­cios bajos por nuestros cultivos, tenemos que perder horas de trabajo para defender a nuestra comu­nidad y encima, si un rondero muere, el Estado no ayuda a los huér­fanos y a la viuda, no nos da medi­cinas para curamos, no nos dan suficientes armas, ni municiones, ni sistemas de comunicación para avisarles en caso de ataque”, -declaraba a DIARIO 16, Filiberto Quispe, rondero de la comunidad de Pachas. A finales de 1992, el presidente Alberto Fujimori aprobó la ley de Rondas Campe­sinas, legalizándolas y dándoles algunos beneficios.

Sendero Luminoso hoy siente la derrota en el campo, fortaleciendo sus bases en los sectores marginales de las grandes ciudades; y Ayacu­cho -como dice Teodoro- “está can­sada de tanta violencia y muerte”. Violencia que ninguna injusticia social puede justificar.

La organización de las rondas de autodefensa civil ha significado un golpe bajo para Sendero Luminoso. En primer lugar, porque le quitan masa para sus bases de apoyo. En segundo lugar, restringen su terreno de acción. Por otro lado, el rondero conoce sus cerros, camina ágilmen­te en la altura y encuentra con facilidad -más que el ejército- el desplazamiento de las columnas Sendero Lumi­noso. Por último, los ronderos son los solados que el ejército no tiene para resguardar a todo el territorio.

Hoy en todo el Departamento de Ayacucho hay más de quinientas comunidades constituidas en ron­das. La estrategia ha consistido en organizarlas en forma de espiral a partir de una base o patrulla del ejército, a modo de irle quitando terreno a la subversión. Es de supo­nerse que ante un ataque sende­rista, el ejército acude a prestar refuerzos.  Pero   ello   no   siempre -casi nunca- sucede, menos aún con las comunidades que recién están tomando la decisión de orga­nizarse, que son las que se encuentran en el límite de la espiral.

 Para contrarrestar el fortaleci­miento de las rondas y quizá basa­dos en los excesos cometidos por algunos ronderos, los «Comandos» -jefes ronderos- son acusados ante la fiscalía por abuso de autoridad o robos de tierra o ganado.

La situación de los ronderos ha sido dramática hasta poco tiempo atrás. “El Gobierno suspendió los créditos agrarios, nos pagan pre­cios bajos por nuestros cultivos, tenemos que perder horas de trabajo para defender a nuestra comu­nidad y encima, si un rondero muere, el Estado no ayuda a los huér­fanos y a la viuda, no nos da medi­cinas para curamos, no nos dan suficientes armas, ni municiones, ni sistemas de comunicación para avisarles en caso de ataque”, -declaraba a DIARIO 16, Filiberto Quispe, rondero de la comunidad de Pachas.

A finales de 1992, el presidente Alberto Fujimori aprobó la ley de Rondas Campe­sinas, legalizándolas y dándoles algunos beneficios. Sendero Luminoso hoy siente la derrota en el campo, fortaleciendo sus bases en los sectores marginales de las grandes ciudades; y Ayacu­cho -como dice Teodoro- “está can­sada de tanta violencia y muerte”. Violencia que ninguna injusticia social puede justificar.

SAN JOSE DE PATA

San José de Pata es una pequeña comunidad que forma parte del paisaje andino. Su situación geográfica la instala en el límite político entre las provincias de Ayacucho y Huancavelica, cuya única vía de acceso es por tierra, trepando durante veinte horas el camino agreste que parte de la ciudad de Ayacucho -en todo el departamento hay ya más de quinientas agrupaciones de las llamadas «Rondas Campesinas»-.

San José de Pata estaba situada en el límite de la espiral, al que los ronderos llaman «la frontera», donde termina el territorio liberado por los ronderos y el Ejército, y comienza la «zona roja» dominada íntegramente por el área de influencia de Sendero Luminoso. Sus comuneros habían solicitado armamento al Ejército Peruano, el cual se demoraba en llegar, por eso de «la…confianza».

Una madrugada de mayo de 1992, los campesinos dormían la borrachera de «chicha de jora», tras festejar la fiesta de la Virgen de la Asunción. Muchos habían dormido en la puerta de sus casas y hasta los que estaban de guardia sentían el sabor pastoso y somnoliento que producía de forma intensa el alcohol.

una columna senderista bajó a la comunidad, matando con cuchillos y machetes a todo aquel que se encontrara en su paso.

De pronto y antes de que muchos de ellos pudieran percatarse, una columna senderista bajó a la comunidad, matando con cuchillos y machetes a todo aquel que se encontrara en su paso.

Los comuneros, sin armas, se defendieron con lo que pudieron, sin embargo, no lograron evitar el asesinato de un total de cuarenta y siete personas, entre ellas siete niños pequeños.

En media hora, las calles de San José de Pata estaban bañadas por la sangre. Sendero Luminoso quemó algunas chozas de barro y paja y antes de marcharse dejaron claro que el ataque era una cuestión de absoluta venganza.

El único modo de desafiar a Sendero Luminoso es con la muerte.

1990 – PRESIDENTE FUJIMORI – PERÚ

Los resultados de las elecciones presidenciales en Perú del 8 de abril en Perú, sorprendieron a todos.

Las en­cuestas, volvieron a demostrar su falibilidad, daban por ganador al escritor Mario Vargas Llosa, candidato Presidencial del Fren­te Democrático (FREDEMO) por un largo trecho. Muy atrás se encontraban la hoy gobernante Alianza Popular Revolucio­naria Americana (APRA), Izquierda Unida y Alianza Socialista, entre los nueve postulantes presidenciales para estos comicios.

Ninguno de los políticos tradicionales esperó una sorpresa que a la postre des­baratara los planes y resultados electora­les. Esa sorpresa tiene nombre: Alberto Fujimori, descendiente de japoneses nacido en Perú hace 51 años. Fujimori ocupó el primer puesto en el concurso de admisión en la Universidad Nacional Agraria, a los 17 años, y seis años después se recibió de ingeniero agrónomo ocupando el primer lugar en su promoción. En 1970 cursó estudios de postgrado en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, y fue nombrado doctor hono­ris causa de la Universidad Gembloux, Bélgica.En Perú ocupó la rectoría de la Universidad Agraria de la Molina, desde 1984 a 1989, y entre los años 1987-1989 fue presidente de la Asamblea Nacional de Rectores del Perú. Casado con Susana Higuchi, con cuatro hijos, Alberto Fujimori albergó desde hace dos años ambicio­nes políticas, por lo que fundó la organi­zación CAMBIO 90, la que representa en estos comicios.

REVISTA VISIÓN LATINOAMERICANA

El 3 de junio próximo el candidato Alberto Fujimori Fujimori en­frentará en la segunda vuelta electoral al escritor Mario Vargas Llosa.

Rodeado de un curioso misterio su plan de gobierno, se tardó en darlo a conocer a la opinión pública. Guardó un total hermetismo con la prensa nacional e internacional.

Sin embargo, el líder de CAMBIO 90 accedió a otorgar una entrevista exclusiva a la corres­ponsal de Visión Latinoamericana en el Perú, Verónica Sáenz.

A continuación, una síntesis de la conversación sostenida con Alberto Fujimori, en su casa, mientras sus hijos jugaban en la sala y la mayor, Keiko Fujimori, miraba desinteresada, una telenovela por el televisor próximo a nosotros.

Un entorno bastante informal y fuera de protocolo.

EL PROBLEMA DEL HAMBRE

De llegar a la presidencia del Perú, ¿Cuál será el primer problema que usted deberá afrontar? El problema del hambre. Siete millones de peruanos no tienen lo suficiente para alimentarse. Lo resolveremos con un progra­ma de emergencia. Espero que la ayuda exterior en ese sentido sea efectiva, además de la necesidad de desarrollar nuestra agricultu­ra para lograr una solución per­manente.  ¿Promoverá las exportaciones?  La promoción de las exportaciones generará empleos. La supresión de las importaciones provocará un desarro­llo rural muy significativo.  El escritor Mario Vargas Llosa dijo que el plan de gobierno de CAMBIO 90 era similar al del FREDEMO. Usted lo negó. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ambos programas?  FREDEMO propone un shock económico, la privatización de todas las empresas públicas y liberalización del comercio exterior que nosotros no proponemos.  

¿SHOCK ECONÓMICO?

Usted, en lugar del programa de shock, ¿aplicaría una política de gra­dualismo como actualmente la tiene el APRA?  No. Nosotros buscamos la reactivación del apara­to productivo. ¿Al igual que el gobierno aprista en sus dos primeros años? Pero ellos han impuesto un control de precios. Nosotros no pondremos ningún control. ¿Ustedes continuarían subsidian­do los alimentos, gasolina, luz, agua, etcétera? La idea es eliminar el dólar MUC -Mercado único Cambiario- e ir eliminando los subsidios también. No hemos precisado el tiempo en que éstos se eliminarán.  Usted dijo que por ser descendiente de japoneses y hablar su idioma, Japón estaría dispuesto a ayudarlo…. No solamente ayuda japonesa, sino tam­bién ayuda europea y norteamericana. ¿Tiene algún ofrecimiento de carácter oficial?  No a niveles oficiales, pero sí tengo perspectivas de obtener créditos de algunos países como Japón, Italia y Estados Unidos. En realidad, no soy novato en lo que se refiere a créditos y donaciones, puesto que he sido presi­dente de la Asamblea Nacional de Rectores y desde luego he trabajado en estos asuntos.

REACTIVACIÓN Y PAGO DE DEUDA EXTERNA

¿Cuánto estima usted que debe invertirse en el Perú para lograr una reactivación general del aparato pro­ductivo? Aparte del crédito puente para regularizar la cuenta pendiente con el Fondo Monetario Internacional, entre 800 a mil millones de dólares. 

¿Entonces va a saldar la deuda con el FMI? Por supuesto. Vamos a cumplir con todos los contratos internacionales. 

Usted ha declarado que no des­pedirá a los empleados estatales efi­cientes. ¿Y a los que no lo son…?  

Aquí hay otra diferencia con el FRE­DEMO. Nosotros defendemos la esta­bilidad laboral. A los empleados que no son eficientes no los voy a despedir porque la responsabilidad de todo este aparato burocrático estatal, no es de ellos, es de aquellos que gobernaron al país en su momento, es decir, el APRA y el FREDEMO.

 ¿Qué mecanismos utilizará para erradicar a la corrupción?  Lo primero que hay que hacer es nombrar a funcionarios honestos. Lo segundo es nombrar a “grupos de consumidores”, aquellos que utilicen servicios, que denuncien los intentos de corrupción. 

¿Cuál es la ideología política dCAMBIO 90? Nuestro ideario está volcado un documento que contiene 13 puntos. Nos identifican como de centro-centro. 

¿Los integrantes del Gabinete Ministerial de Cambio 90 pertenecen a algún partido político determinado? La condición para integrar nuestro gabinete es que sean hombres técnicos, capaces, honestos y que apoyen nuestros lineamientos. No es requisito que pertenezcan a nuestro partido político. Primero veré su capacidad, independientemente de la agrupación política a la que pertenezcan.

COCA Y SUSTITUCIÓN DE CULTIVOS

¿Cuál sería la política antinarcóticos a aplicar en el Alto Huallaga -región donde los cultivos de coca se extienden a cientos de miles de hectáreas -? Aplicaríamos, en primer lugar, los lineamientos de la reciente cumbre de Cartagena, donde se reunieron los mandatarios de Bolivia, Colombia, Estados Unidos y Perú. Combatiríamos el narcotráfico con las fuerzas armadas y policíacas. En cuanto a los cultivadores de hoja de coca hay que hacer un programa de desarrollo, para que ellos se puedan desenvolver dentro de una economía de mercado. Pero el problema es que los cultivos lícitos nunca van a ser más rentables que la explotación de los plantíos de coca…  Siempre se ha hablado de propuestas irreales, sobre 200 mil hectáreas de zonas escarpadas donde crece la coca es imposible la sustitución por cultivos lícitos. Sí, en cambio, se puede sustituir en las 100 mil hectáreas cocaleras de zonas llanas. Pero la coca será siempre más rentable. Si se reduce el número de hectáreas la demanda elevará el precio de la hoja… Si hay vías de comunicación el tabaco puede ser más rentable. Si los Estados Unidos nos permitieran exportar las hojas de tabaco, esa sería una gran solución. Una hectárea de cultivo tabacalero produce cuatro mil kilogramos de hojas de tabaco, a un promedio entre 7 y 17 dólares el kilogramo, por lo que el ingreso es superior al de las hojas de coca 10 dólares por kilogramo.

EL PAPEL PROTAGÓNICO DE LAS FUERZAS ARMADAS

¿Qué relación tiene usted con las fuerzas armadasNo, tengo relaciones directas, pero en­tiendo que nuestras propuestas para las fuerzas armadas son razonables. Quiero darles un papel protagónico. Quisiera integrarlas con la sociedad civil, para que no haya antagonismo, eliminando la distancia que actualmente existe.

 ¿Cuál es su diagnóstico sobre la subversión armada en el país, en el campo ideológico, psicológico y militar?  En cuanto a presencia real no son muy numerosos, pero sus consecuencias psicológicas son muy efectivas; los atenta­dos causan un gran impacto. El terroris­mo está ramificado como un cáncer, por eso cuesta combatirlo. 

¿Continuaría con las zonas de emergenciaSi, pero con algunos ajustes que no quisiera especificar. Hay un informe de la Comisión Multisectorial del Senado multipartidaria. Es un análisis muy preciso que determina actuar con más estrategia y eso significa actuar por sorpresa y en el momento oportuno. 

¿Permitiría el ingreso de agrupaciones de Derechos Humanos en las zonas de emergencia? Sí, por supuesto, para que periódicamente constaten que no existe ninguna violación de tales derechos.

¿Usted cree que las fuerzas ar­madas han cometido asesinatos extrajudicialesNo puedo afirmarlo definitivamente pero sí hay hechos comprobados. Habría que señalar la responsabilidad del APRA y el FREDEMO que dejaron avanzar al terrorismo durante 15 años sin haber logrado ninguna eficacia.

 La miopía de estos gobernantes para resolver el gravísimo problema social que es el hambre, No creo que el país se pueda pacificar en corto plazo. Pasarán algunos años: la miseria no se puede terminar de manera tan fácil. ¿Dialogaría con Sendero Lu­minoso? No, no dialogaría. Se comenta que analistas norteamericanos han evaluado la situación política de Perú y han concluido que, si usted resulta elegido presidente en los próximos comicios, al cabo de un año no lograra pacificar al país, habría un golpe de estado. Los militares tampoco han resuelto este problema, Ellos han participado en los gobiernos, en el de Francisco Morales Bermúdez, Acción Popular y APRA. Esas son simples especulaciones. ¿Qué opina de Mario Vargas LlosaEs una excelente persona. Lo he tra­tado en dos ocasiones y tengo un alto concepto de él. ¿Cree que, si se hubiera presentado solo en las elecciones, sin Acción Popular el Partido Popular Cristiano, las hubiera, ganado? Si yo no estuviera presente las hu­biera ganado. Mi presencia ha in­fluido mucho en el actual panora­ma político peruano.

1992 – PRESAS EN SANTA MÓNICA – PERÚ

REVISTA SOMOS PERÙ

TRAS LAS REJAS

Pasando los altos muros del penal de Chorrillos en la ciudad de Lima, conocido como el reclusorio de mujeres Santa Mónica, la luz verde comisaria invade el recibidor. Dos ojos tras las rejas intentan mirar ese pedacito de calle que se ve al abrir la puerta, del que solo se escapan los sueños de libertad. La llave muerde los dientes del candado y la cadena choca contra los barrotes algo oxidados por la brisa del mar. Se abre la puerta para mí.  Doy un paso adelante con rictus de protocolo marcial, juntando los talones de los pies ante las celadoras que registraban mi ingreso. Me cruzo con la esperanza resignada de ese par de ojos que sabe, que alguna vez, se abrirá para ellos.

Desde hace tres, cuatro, seis años que el mismo par de ojos color café miran en su recorrido por el penal, un pampón terroso de antesala dividido en disputadas parcelas, donde las presas, como en el barrio, venden sus verduras y “menús” de comida para llevar. “La paila se sirve, una vez al día, a las cuatro de la tarde. Como hay hambre al mediodía, nosotras nos fiamos las verduras y preparamos los menús, para las que puedan pagar”- Josefina, inculpada, dos años- ahí nomás-, comenta sellando sus labios.

El penal de Chorrillos, es conocido como el “Sheraton” de las prisiones peruanas. Su vieja y húmeda estructura, con capacidad para 250 internas, alberga hoy 667 mujeres que comparten, como en todas las cárceles del país, los agobiantes dramas del recluso: la lentitud del proceso judicial y el hacinamiento. De las 667 internas solo 138 han sido juzgadas y sentenciadas.

Sin embargo, a diferencia de otros penales, Chorrillos luce amigable. Ellas decidieron limpiarlo, organizarse para vivir dignamente, arreglándose el cabello, realizando concursos de belleza, aprendiendo artes manuales, teatro y la comida, aunque sea poca, ¡es mejor comerla con sazón!

BUSCANDO LA SALIDA

Durante las mañanas, cerca de 250 inter­nas, entre inculpadas y sentenciadas, tra­bajan en el Centro de Educación Ocupa­cional “María Parado de Bellido”, en el mismo penal de Chorrillos. Allí las internas que se capacitan esperan redimir su pena – dos días de prisión por uno de redención- y obtener el beneficio de la libertad condicional. 

María está apoyada sobre el telar. Mira con atención el tejido que va armando con sus sueños. Una vez listo la institución CEDRO -Centro Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas- los venderá en la exposición venta que realiza cada cierto tiempo. Las uñas de María están arregladas y el pelo perfectamente peinado. Tiene el rostro tranquilo y una seguridad que asombra, aunque no pueda evitar la lágrima sobre su tez canela. Fue sentenciada a 10 años de cárcel por 129 gramos de pasta básica de cocaína.

María hace un alto y me comenta con indignación en la garganta seca – “A otros presos les dan la semi libertad y a nosotras, que nos aseamos, que tratamos de estar presentables, por nosotras, por nuestras familias, que estamos trabajando en talleres, que hemos reflexionado sobre nuestros delitos, ¿no nos merecemos siquiera el beneficio de la semi libertad? Es la segunda vez que presento mis papeles pidiéndola y los jueces me la niegan, a mi como a todas las inculpadas o sentenciadas por narcotráfico. Me pregunto, ¿por qué a los hombres que están por la misma causa y con la misma pena les han dado a semi libertad y a nosotras no? Yo les pediría a los jueces que un equipo técnico evalúe quienes son las personas que nos hemos rehabilitado. Yo sueño con salir, instalar un tallercito de costura y vivir con mi hijo”. Injusticias propias de un país tercermundista, de leyes obsoletas y reformas que urgen la atención del Gobierno.

Santa Mónica es tan tranquilo como deprimente. Las presas no se quejan de la comida, ni siquiera del hacinamiento que las obliga a compartir celdas y reducir al mínimo un espacio de privacidad. No hay malos tratos, tampoco abuso sexual. El único y constante reclamo es la celeridad de los juicios. Sin embargo, a las juezas de turno, como denuncian las internas, Izaga Pellegrini y Palomino, ese reclamo les parece improcedente. Sensación de olvido, gueto archivado y congelado en el tiempo. 

Pilar García, directora del penal Santa Mónica de Chorrillos, opina sobre el tema – “Debe haber uniformidad de criterio. El decreto 064 no dice si se les concede o no el beneficio de la semi libertad a las acusadas por narcotráfico, esto queda a criterio de cada juzgado de ejecución penal. Esto se está dando en los penales de hombres, aquí no. Yo particularmente pienso que se les debería dar el beneficio. Ellas ya han pagado. Un año o dos de carcelería es un sufrimiento. Abandonan a sus hijos y ellos se convierten en drogadictos y ladrones, las hijas en prostitutas. No es justo, ellas ya han pagado lo suficiente”.

TALLERES Y REINCIDENCIAS

Ana María tiene nueve hijos. Hace tres años fue inculpada y recluida por posesión de 137 cigarros de pasta básica de cocaína. Una mañana fue a visitar a su madre al Callao, donde siempre hay batidas policiales, porque es zona roja de pasta. La policía encontró en la casa de al lado la droga. “Nos trajeron a todos, a mi mamá, a mi hermana, a mí y a un primo que ahora está en el penal de Lurigancho. Pagando por estar de visita. Es una injusticia que todavía no nos juzguen, mis hijos se están perdiendo en la calle. ¡Mi esposo trabaja, no puede atenderlos …cómo es posible! Las asistentas sociales no atienden los problemas de las familias de las presas. Si nuestros hijos no tienen quién los cuide, los meten en albergues, sin cariño, están como en un depósito”.

Para las reincidentes la pena es, casi siempre. diez años de prisión. En el caso de Elvira Chang, sentenciada como narcotraficante al ser reincidente, por poseer tan solo 0,45 gramos de Pasta Básica. Ellas dicen que cuando salen en libertad algunos policías van a su casa a cobrar, si no les pagan, le siembran drogas. Eso significa regresar a la cárcel con una pena de diez años. “A pagar, pues, qué vamos a hacer” – se lamenta una interna.

Olga,  huancaína, lleva 17 meses en calidad de inculpada por drogas, otra vez la pasta básica de cocaína y el inframundo a que las lleva. A su hijo de nueve años lo cuida su madre inválida y la menor de sus hermanas.

Diecisiete meses y ninguna visita, trabajando día a día en los talleres. Nadie ve sus papeles ni la llevan a juicio. ¿Pasará diez años tras las rejas como alguna de sus compañeras?

Nuevamente la misma queja. “Pedimos para las que estamos por drogas que también se considere el beneficio de la semi libertad, que se aceleren los juicios”.

Sara vende “Menús” desde que llegó, cuando su hija Sarita tenía dos años. Ella es uno de los 78 niños que viven en el penal.

Dieciocho viven con sus madres, en el primer pabellón. El resto vive en la cuna. Un día, hace dos años, intervinieron la casa del vecino de Sara, su hermano.

Entonces la llamaron como testigo porque allí había pasta. El calvario recién comenzaba. Dos años esperando la confrontación que aún no llega. “Mis cinco hijos están ahora con su madrastra, como mi ex esposo está enfermo, ella los arroja a la calle. ¡Tengo una hija de 14 años y se me va a perder!”

Hay algunas extranjeras que arman su propio clan, las convencieron de ser “burrier” de clorhidrato de cocaína. No quieren hablar, esperan noticias del consulado de sus países para que aceleren la lenta justicia peruana.

Andrea tiene las fotos de su familia pegada a la pared, lamentándose del fatídico día que tomó tan mala decisión. Su mirada está hueca de tanto dolor, con ese dolor me voy, dejando atrás las rejas, tomando una profunda y lenta bocanada de aire.

1992 – NIÑOS Y REJAS – PERÚ

MARANGA

REVISTA SI 1992 PERÚ

En el Centro de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, conocido como Maranga, los 102 menores detenidos intentan rehacer su vida, pero el sistema no lo permite. Ni leyes ni condiciones de vida y aprendizaje que les posibilite una reinserción en la sociedad.

Poco pueden aportar programas educativos y laborales en condiciones deplorables. Los niños que salgan del centro de reclusión reincidirán. Entonces Maranga no es más que un doloroso tránsito a la cárcel de Lurigancho. Maranga, demuestra una vez más, que el sistema de rehabilitación del menor no  funciona. 

Más negro que su sombra “Ma­gú” estaba de pie y muy se­rio bajo el dintel de la ancha puerta. Su mirada triste, tristísima, se perdió en algún punto no preciso de los altos muros del Instituto de Menores Nro. 1 de Maran­ga.

“Hace dos años y medio que estoy aquí: -ya cumplí los dieciocho” dice Marco Antonio, “Magú”, frotándose sus largos brazos con las manos que ahora retuerce con angustia.

“Comencé a los seis años. Me en­contraba botados en la calle paquetitos con pasta básica de coca. Entonces los vendía sin consumir, hasta los ocho.

A partir de ahí fumaba todos los días, luego me dediqué a robar. A los trece años me mandaron para el albergue, aquí, al costado del instituto. A los 14 años ingrese a Maranga. He reincidido tres veces, la última por fuga. ¿Mi ma­dre?… sólo ha venido a visitarme dos veces y a mi padre nunca lo conocí”.

Muchos de los menores detenidos fueron antes de los catorce años, compañeros de otros albergues, y muchos de ellos lo serán en la cárcel, luego de los dieciocho, si el sistema no es da una formación sólida y la oportunidad para desenvolverse. “Cuando salga de acá voy a seguir robando con otra gente, que sea de peso, “cholón”, para apretar”- dice Pay Pay de 15 años . Desde junio de 1988 el Dr. León Mejía · retomó el rectorado de la institución. Dentro de su oficina Mejía habla con cierta amargura de esta patética realidad. “En el Perú el sistema de rehabilitación no funciona. Somos los únicos en América Latina que estamos rezagados, debemos cambiar la perspectiva del tratamiento de menores. Este sistema masificador, tipo cárcel, nunca ha dado resultado”.

MARANGA POR DENTRO

Maranga por dentro semeja un barco viejo mostrando sus costillas. El alma se ha escurrido por las ventanas rotas y enrejadas y hay quien dice que la tristeza de la propia vida, cuelga del techo de los dormitorios para asaltarte cuando cierras los ojos. De todo se escucha en Maranga. Historias del calabozo donde poco tiempo atrás castigaban a los más rebeldes.

Y el “bautizo” que  perdura, con palazos al cuerpo desnudo para bajarte del “caballo”, quitarle la altanería.     

TAREA DE ENSEÑAR

En el programa de rehabilitación so­cial del INABIF la asistencia a la escuela es obligatoria. En los altos del edificio quedan los pe­queños y oscuros salones de la es­cuela. Durante las mañanas los internos que asisten a primaria aprenden matemáticas y lecto-escritura. Ellos de­berán ir durante las tardes a talleres, y viceversa los alumnos de secundaria ” .

 

En el programa de alfabetización par­ticipan 18 alumnos. Entre ellos están Julián, de cabello encrespado. El lleva tres meses interno por oficio familiar: venta de PBC al menudeo. Ahora es su turno. Julián va a la pizarra y dibuja despacito las letras que forman la palabra “mamá” y teniéndola tan lejos, seguro a gemido profundo de nostalgia en el chirriar de la tiza sobre el verde.

Hugo Neyra, director de la escuela visiblemente disgustado e insatisfecho con los resultados de su labor, cuenta que las clases han de ser ágiles ya que los menores no aguantan una exposición por más de cinco minutos. Quizás habría que cambiar la metodología de enseñanza.

“Estamos engañando a la sociedad porque aquí no se rehabilita al menor.

En cuanto al estudio no se puede tener un programa homogéneo porque algu­nos menores se quedan sólo dos o tres meses en el instituto, propongo que por lo menos estén seis u ocho meses aquí, para que puedan aprender”, dice Neyra quien trabaja desde hace 26 años en el Centro de Diagnóstico y Rehabilitación de Lima, Maranga.

TALLERES, SOLO ILUSIÓN

Maranga tiene varios talleres de for­mación laboral, todos ellos improductivos. En el de corte y confección, una docena de máquinas de coser permanecen arrumadas desde 1973, sin piezas ni manteni­miento. Diez alumnos se turnan en las cuatro que aún funcionan. Cosen sus pantalones escolares, de a poquitos por día, porque materiales no hay, ni telas, ni hilo, ni agujas. El taller de carpintería se encuentra casi en las mismas condiciones.  No hay materiales ni personal técnico.

El maestro carpintero Máximo Can­dela pide que se renueve el convenio con el Ministerio de Educación, por el cual fabricaban carpetas escolares co­brando sólo, la mano de obra.

En el taller de metal-mecánica, al costado de carpintería, solo estaba Juan Jesús Tobar, limpiando las máquinas, que es lo que más se aprende. Juan Jesús se siente solo, tan solo que cuando salga irá a vivir con aquel viejito que junta cartones.

“Tengo seis hermanos, tres somos del primero, cuatro del segundo com­promiso. Mi mamá murió hace dos años, mi padrastro comenzó a tener re­laciones con mi hermana de 25, por eso me fui otra vez a la calle a vivir y trabajar, con un señor que junta cartón. Hace seis meses me metí a un “jato” a robar un licuo-extractor. Por eso estoy aquí”.

UNA PROPUESTA INTERESANTE

En el taller de zapatería la escena es surrealista: a trabajar dice el profesor, entonces presurosos los alumnos se acomodan en sus asientos. Clavan sin clavos, zurcen la rotura remendada con hilo imaginario y cortan con la cuchilla de la que ha quedado solo el man­go. La propuesta de hacer zapatos para el personal de INABIF ha quedado en nada, ellos tienen sus proveedores.

Carlos Alberto, alumno de zapate­ría, toma la palabra por todos  – “que­remos pedirle al INABIF que nos den el terreno que está al lado del albergue, para construir una fábrica de carpintería o zapatería. Cuando salimos de aquí no encontramos trabajo y menos los internos que tienen cortes y marcas en la cara…. no nos queda otra que robar”.

”Nosotros no le daremos afecto, pero sí intentamos darles una formación laboral -dice el director León Mejía al concluir la entrevista-.

Si nosotros sumamos esfuerzos y buscamos gente especializada, con emoción social, que verdaderamente entregue su cariño y afecto a los muchachos, el menor podría cambiar”.

Y allí todos los días está Maranga, con sus paredes altas, frías, tristes, hongueadas de la humedad de la brisa del mar que está atrás de sus muros.  Y allí están ellos, los que anhelan que el gobierno les brinde la oportunidad, de sentirse ciudadanos.

1991 – KAUSACHUM COCA – PERU

INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE

REVISTA SI PERÚ 1991

COCA O MUERTE

Kukata qechuwankuman chayqa, wawaytapas apankuman hinan, nunaytapas apashiankuman hinan.  –Si la coca me estuvieran quitando, sería como si estuvieran llevándose a mi hijo, como si estuvieran llevándose mi alma.

Desde el domingo pasado 14.000 campesinos cocaleros de la Provincia de La Convención, en el Departamento de Cusco, declararon paro indefinido Se oponen al convenio antidrogas con los Estados Unidos.

Quieren que se apruebe en el Congreso una ley para proteger a la hoja de la coca. Aseguran que en la zona no existe narcotráfico, aunque no concuerden los datos sobre la que se produce y la que compra ENACO, la Empresa Comercializadora de la Coca.

El problema es un reto para el gobierno del presidente Alberto Fujimori, que debe impedir que la zona se convierta en un nuevo Huallaga, cuna del narcotráfico en Perú.

Allí la coca se cultiva tradicionalmente desde épocas preincaicas. Es parte de nuestra cultura, debemos considerarla patri­monio nacional.

“En La Convención, en los distritos de Yanatile y Lares, los cultivos de coca están sembrados en laderas. Allí no hay posible sustitución como pretende el gobierno. Cusco no es como el Huallaga, no hay narcotráfico, vendemos nuestra producción a ENACO, la Empresa Nacional Comercializadora de la hoja de Coca. Allí la coca se cultiva tradicionalmente desde épocas preincaicas. 

Es parte de nuestra cultura, debemos considerarla patri­monio nacional. Por eso pedimos al gobierno que se declare legal el cultivo de coca en la subregión y que se cree el “Instituto Nacional de la Coca” a fin de investigarla científicamente, industria­lizarla y exportarla” -comentó a la revista Sí, Francisco Gamarra, Secretario General de la Federación de Campesinos de La Convención, Yanatile y Lares, al con­cluir la Conferencia Internacional “Narcotráfico: a un año de Cartagena”, realizada en Lima por la Comisión Andina de Juristas.

Luego de varias reuniones en la Capital, Francisco Gamarra regresó a Cusco, a Quillabamba, al local de la Federación Provincial de Campesinos de La Convención, Yanatile y Lares, donde se estaba gestando un nuevo paro agrario. Esta vez en defensa de los cocales. En la pequeña ciudad de Quillabamba lo esperaba Enrique Rueda -presidente del Comité de Lucha- con los primeros doscientos delegados y dirigentes de bases sindicales, para debatir en la asamblea las medidas de fuerza a tomar ante el inminente peligro de la erradicación cocalera.

Paro agrario regional

Once de la noche, domingo 14 de mayo. La ciudad de Quillabamba está a oscuras y los campesinos que llegan a la federación se acomodan en el local, cargando sus bultos y unos cuántos hijos nomás, las ollas, las papas y las consignas “coca o muerte”, cada cosa en su lugar. Los del distrito de Maranura, los de Yanatile, de Kiteni, de Uripata y Occobamba, los de Uchumayo, Santa Teresa, Palma Real y muchos más van ocupando la sala entre murmullos chacchados.

Doce de la noche. En el salón principal de la federación, iluminados por la luz que genera un motor, los delegados de las 84 bases sindicales representantes de los 14.000 campesinos cocaleros se acomodan. Unos en butacas, otros en el amplio suelo. Francisco Gamarra da inicio a la asamblea. Comienza a hablar en español, luego en quechua, pasando con mucha fluidez de un idioma a otro. Expone ante la concurrencia los avances de las gestiones en la capital, su entrevista con el presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Alberto Fujimori, Carlos Torres Torres Lara. Comenta que había sido favorable: se había comprometido a agilizar el proyecto de la Ley de Coca.

pedimos la derogatoria de la ley 22095 y del Decreto Supremo 151 que declara en emergencia las actividades económicas relacionada con el cultivo, la comercialización de la hoja de coca a nivel nacional“

Es un logro de la Federación Campesina -dice Gamarra- el que se haya modificado el artículo 296 del Código Penal que ponía en el mismo saco al que cultiva la coca, con el narcotraficante. Ahora se necesita con urgencia la nueva Ley de Coca para la liberación de los campesinos que, por abuso de la policía y el Poder Judicial, hoy se encuentran detenidos”. “Por otro lado -continúa- pedimos la derogatoria de la ley 22095 y del Decreto Supremo 151 que declara en emergencia las actividades económicas relacionada con el cultivo, la comercialización de la hoja de coca a nivel nacional y la intervención de ENACO”.

Enrique Rueda, quien preside la asamblea, abre el debate. Con respeto y en orden, los dirigentes, hombres y mujeres, intervienen uno a uno. No queda espacio para el silencio. Durante tres horas se critica el convenio antidrogas Perú/Estados Unidos, próximo a firmarse. Y al de erradicación y sustitución de cultivos de Naciones Unidas, CORDE Cusco, que funciona en los valles de La Convención y Lares desde 1985. Es un rotundo fracaso, dicen, en las laderas no crece otra cosa, la coca no se puede sustituir.

 

“Sin coca no podemos tener vida, es nuestra manutención, con la coca comemos, es para educar a nuestros hijos. La coca tiene que seguir, si no sigue perderemos la vida” – exclama Domingo Kempir, presidente de la Federación de Campesinos del alto Urubamba. Los cocaleros escuchan, algunos con ojos vivaces, otros tratando de vencer al sueño, chacchando tradicionalmente las hojas de coca, con el bolo que pasan de carrillo a carrillo.

“Mis tierras son laderas, solo crece coca. Los ingenieros me hicieron sembrar achiote, pero no pagan buen precio, no hay fábrica en La Convención” – comenta Guillermina Chacón del distrito de Santa Ana.

“Compañeros – Gamarra retoma la palabra- el propósito de este paro es que el Congreso de la República debata el proyecto de ley, que ya está aprobado en la Cámara de Senadores. Nosotros compañeros, proponemos que viaje una delegación en marcha de sacrifico a la ciudad de Lima, y que no regrese hasta que se debata el proyecto de ley. Votación. Brazos viejos y brazos jóvenes se levantan, gana la mayoría. Puños en alto: Kausachum coca. Agarran las banderas y pancartas. Fuera yanquis de CORDE Cusco. Comienzan a marchar. Amanece. Los campesinos y campesinas muestras orgullosos sus hojitas de coca, prietos de raza y sol, manos de labranza zurcadas por el tiempo y la tierra que trabajan.

Paro agrario regional

ENACO abrió en 1978 el empadronamiento para la inscripción de los agricultores cocaleros en los valles de La Convención y Lares. La inscripción duró 90 días más una prórroga de 45. Sólo llegaron a inscribirse 12,639 productores de 8,300 has. Los que no llegaron a obtener su cédula de inscripción quedaron al margen de la ley.  La Oficina Agraria de Quillabamba estimó que en 1989 una hectárea de coca producía anualmente en la región 400 kilos de hojas de coca. Ciñéndonos a los datos, la producción anual de La Convención y Lares inscrita en ENACO sería de 3,320 toneladas de hojas de coca, sin contar con los quintales perdidos por la inclemencia del tiempo.

Sin embargo, el sr. Manuel Solís, Gerente Regional de la sucursal de Quillabamba, declaró que ENACO compra anualmente 3,700 toneladas de hojas de coca en La Convención y Lares “Muchos cocaleros no se inscribieron en ENACO por la corta duración del empadronamiento, considerando que viven en zonas muy alejadas. Sin embargo -dice Solís- ellos venden su coca a través de familiares que si están empadronados”. De esta forma se entendería la “sobreproducción” de los cultivos de la región.

El Ministerio de Agricultura estimó que en 1989 las hectáreas sembradas con coca habían aumentado a 15,426. Entonces la producción actual de La Convención y Lares debería ser de 6,090 toneladas de hoja de coca. En un desacuerdo de estimados, Francisco Gamarra sostiene que en la región no hay más de 20,000 hectáreas cultivadas con coca, lo que daría una producción de 8,000 toneladas anuales. Si la cifra de producción de la oficina agraria de Quillabamba es correcta, quedarían flotando 4,780 toneladas de coca que ENACO no estaría comprando.

Más desconcertante aún son las cifras de CORDE Cusco, que afirman, mediante fotografías satelitales, que en La Convención y Lares existen 40,000 hectáreas cultivadas con coca. En lo que sí hay consenso es que en la Convención y Lares no se realizan actividades relacionadas con el narcotráfico. Así lo confirman el subprefecto de La Convención, el gerente de ENACO Quillabamba, el alcalde del establecimiento penal Santa Ana y el mismo campesinado. Entonces, de haberla. ¿Quién compra el resto de la producción cocalera?

Lo cierto es que, en once años, la coca -con mejores precios que el cacao y el café- se extiende en el valle.

Que se revise el Convenio Internacional de Viena de 1962, en el cual la OMS tipifica a la coca como droga.

“Pedimos una vez más que la coca no sea erradicada en la región, según el convenio de Viena realizado en 1988, en el artículo 4 numeral 2, dice que la coca no puede ser erradicada de las zonas tradicionales de cultivo y que tengan evidencia histórica. Que se revise el Convenio Internacional de Viena de 1962, en el cual la OMS tipifica a la coca como droga. La OMS debe rectificarse para que puedan ingresar nuestros productos a los mercados internacionales. Una vez ingresaron a los Estados Unidos siete millones de bolsitas de mate de coca filtrante y fueron incinerados, considerados como droga. Si es que el gobierno declara como zona ilegal el cultivo de coca en La Convención, Yanatile y Lares, sabiendo que es un cultivo tradicional, que es la subsistencia de tantos campesinos, tendremos que declararnos en una lucha permanente. El Gobierno nos estaría llevando a cometer cualquier acto de violencia – finaliza Francisco Gamarra.

Y así, la marcha se disuelve, los campesinos cocaleros recogen las pancartas y se confunden con la población que ha comenzado su día en el gran mercado de la ciudad de Quillabamba.

1990 – PETISOS EN PARACAS – PERÚ

REVISTA CARETAS PERÚ 1990

SOBREVIVIENDO AL SILENCIO

  • Niños de la calle que duermen sobre la fría y húmeda vereda de la Plaza San Martín, en el centro de Lima. Otros en el Parque Kennedy de Miraflores, cubiertos por periódicos simulando el abrigo de las mantas. La calle era mejor opción que la violencia familiar, los golpes y los gritos de su casa. Por eso estaban allí con el frío calándole en los huesos. 

 

Estos mismos niños que pasean por el Parque Universitario, donde los ambulantes les venden el pegamento “terokal” para que a orillas del río Rímac, se dro­guen inhalándolo. Entonces surge una idea, darles la oportunidad de conocer algo nuevo y elevar su autoestima, limpiando en un acto ecológico las playas del distrito de  Paracas.

La empresa de transportes Ormeño nos llevaría en bus a Pisco, Paracas,  y regresaría a Lima. El Ejército Peruano, que nos brindaría las tiendas de campaña, al alcalde del Municipio de Paracas, Alberto Tataje, que nos brindaría los volquetes para trasladar la basura recogida y a Cedro, educadores encargados de la guía y contención de los menores, y de la comida.

Así partimos desde Lima, tres educadores del programa Niños de la Calle de Cedro, 39 niños con el alma marcada y el cuero bien curtido con cicatrices y yo.  Solo una caja con naranjas nos acompañaba dentro del autobús.

El camino fue entre risas y bromas, de palabras inventadas en código de esta cofradía, con escamas de mugre pegada a la piel, acostumbrada a dormir en el bullicio de la noche limeña, que llegaba a un paraje insólito para ellos. La primera parada era en la playa larga del Muso de Paracas. Se bajaron del autobús y corrieron a la orilla. Muchos no habían visto el mar. Sentí el temor de la nada en sus ojos ¿Y dónde está la gente? Preguntaban asustados. Era una cárcel con barrotes de desierto y viento, donde la libertad los aprisionaba. Richard More, de diez años, con ojitos inquisidores y su manita jaloneándome, me reclamaba… ¡¿Y dónde están las sirenas?!

El hambre rugía en sus tripas y comenzando el primer conato de disturbios entre los dos grupos de menores, los de la Plaza San Martín y el parque KennedyMemo el mayor, de 16 años, espigado y con dotes de liderazgo comenzó la revuelta, asaltar las provisiones que no había, salvo las cajas con naranjas. Yo de medidora entre la turba saqué mi lenguaje más canero tratando de calmarlos. El líder tenía que estar de mi lado para controlar la situación. Me saqué mi casaca de jean y en un pacto de obediencia se la regalé a Memo, a quien nombré director de la repartija de los frutos jugosos y naranjados. Recordé el libro de William Golding “El Señor de las Moscas”, donde un grupo de niños debe organizarse tras haber naufragado en una isla desierta.

Tras recorrer el museo con fotos de la fauna y aves marinas tan desteñidas como los rostros de los petisos, de tanta droga y desnutrición, partimos hacia nuestro destino, la Playa La Mina. La más bonita de la reserva que recordaba, llena de basura que traía el mar o dejaban los veraneantes.

LA MINA

Llegamos al atardecer. Los petisos armaron las 4 tiendas de campaña, liderados por Memo y mi casaca de jean, enormes parantes de acero y lona gruesa. Se repartieron los costales para transportar la basura recogida, tarea del día siguiente. Y el cansancio. Y la noche estrellada.

Los educadores al darse cuenta que sólo habían traído avena y agua estaban sumidos en una preocupante mudez.  Avena con agua fue la cena y avena con agua el desayuno. En silencio, los adultos, buscaban en vano señal telefónica en el desierto, de aquí para allá. Sin señal y sin comida.

La faena. Los menores caminaron al fondo de la pequeña caleta, para comenzar a levantar plásticos, botellas, bolsas, sandalias impares, redes rotas y objetos para la imaginación. Los costales una vez llenos eran llevados al punto del recojo, dónde el camión del Municipio pasaría a recogerlos.

 

Según llegaban cansados con su costal y el cuerpo empapado en sudor reclamaban la hora del almuerzo. El trabajo estaba casi terminado. Tino, educador del programa Niños de la calle de Lima, con un tono pausado y firme le anunció “Vamos a seguir limpiándolo lo poco que queda y comeremos a las cinco de la tarde” – y una mirada al cielo y un suspiro de esperanza dejado caer en la arena.

Cinco de la tarde. No había avena, ni naranjas ni señal ni comida ni camión que recogiera la basura para dar aviso de la urgencia al Municipio de Paracas, sobre el problema logístico por falta de comida y una manada de lobos hambrientos difícil de sobrellevar.

El cansancio abrumaba como para armar un botín. Callados, resignados como autómatas, se fueron sentando dispersos en los peñascos de la orilla. Algunos habían traído un anzuelo y unas líneas. Ahora sí podían mirar al infinito del horizonte. La playa ya era suya. Y su prioridad era comer. 

Así fueron sacando mojarritas del mar y de los costales de basura latas de refrescos, algunas para utilizarlas de ollitas, otras para llenarlas con carbón de la mina, de ahí el nombre de la playa. Latitas con carbón y kerosene como antorchas.

La paraca, viento que da nombre a la zona,  comenzó a soplar con la fría brisa del mar. Sentados en la arena, bajo la Vía Láctea, el educador Giuliano Ardito les indicaba con el dedo, “más arriba, a la derecha, Alfa y Beta, Centauro y la Cruz del Sur”. Nunca habían visto tantas estrellas juntas brillar en el espacio sideral.

Amaneció con la sed de la sal. El rugir de un motor a lo lejos hizo el milagro. El camión municipal se acercaba.  A toda velocidad se desarmaron las tiendas de campaña. Ya estábamos listos cuando se estacionó. “Llevamos primero a Lagunilla a desayunar por favor, luego regresamos y cargamos los costales de basura” -suplicamos. “¡No se preocupen, vamos para allá y antes de regresar le aviso al alcalde para que los espere en el Municipio con almuerzo!”- nos contestó el buen hombre, viendo la labor realizada.

Y allí en Lagunilla, ya los dos grupos, los de la Plaza de Armas y Miraflores, había creado el lazo de lo compartido. Con el estómago lleno brotaban las sonrisas y el mar era un paseo.  “Y para que vean que no solo nos drogamos, o robamos, ¡también hacemos cosas buenas”-comentó Richard el pequeñín- “…y es que quedó tan bonita la playa sin basura!” .

Tras el banquete municipal llegó el autobús de Ormeño. Quedó el sabor de la aventura y una matarina improvisada que cantaron de regreso “Esa rubia pelangocha, todo el rato despeinada, mejor la hubiera enterra­do como una momia en Paracas. Matarina, matarina, matarina y algodón si no lloran tus ojitos llorará tu corazón. Florecita Catalán, nos fregó con la comida, cuando lleguemos a Lima le sacamos la chochoca, matarina, matarina, matarina y algodón si no lloran tus ojitos llorará tu corazón”.

1993 – JUAN GABRIEL- PERÚ

REVISTA COSAS PERÚ 1993

PRIMERO CREO EN MÍ

Juan Gabriel, el menor de seis hermanos, bautizado como Alberto Aguilera Valadez, proviene de una familia muy pobre de Ciudad Juárez, en Chihuaua, México. A los seis años fue internado en la Escuela de Mejoramiento Social de Menores, donde vivió siete interminables y dolorosos años. Pero no habló de su primera infancia, como si su vida comenzara a los 13, cuando escribió sus primeras canciones. Hoy, uno de los cantantes y compositores hispanos más conocidos de México, con más de 120 temas compuestos para él y para artistas como Rocío Durcal, Daniela Romo e Isabel Pantoja, visitó nuestro país para cantarle al Perú despierto de admiración.

De Lima voló a cumplir su sueño: conocer la ciudad de Cusco y los restos arqueológicos del incanato. Quedamos allí, en las alturas de Machu Picchu. La mañana estaba clara y fresca, con el cielo más azul y el verde más verde que había visto en años. Era el mismo aire de las alturas que nos suspendía en lo majestuoso de la ciudadela. Con los ojos atentos, queriendo abarcar la inmensidad del imponente paisaje, Juan Gabriel nos conversa. Su voz apasionada nos transportaba a su dolor, su soledad, la necesidad de afecto y ese calor que suelde sus heridas. Superarse cada día más, su lema.

¿Qué te parece Machu Picchu?  -Aún lo tengo que digerir, pero te puedo decir que doy gracias a la vida, a la música, a la naturaleza, por haberme dado la capacidad de haber llegado hasta aquí. Ahora pido la capacidad para entenderlo, aquilatarlo. Me ha servido como una experiencia positiva en mi vida y espero que repercuta en mi corazón, en mi carrera, en mi mente. En Machu Picchu encontré un sinfín de enigmas y al mismo tiempo belleza, poder, grandeza; sentido de protección. ¿Y hablando del Perú Actual?  -Yo creo que está en una época de cambios y los problemas que tiene los puede resolver si se encuentra consigo mismo, con su pasado. El pueblo tiene que tener salud. Un pueblo sin salud es un pueblo destruido. Y yo hablo directamente con el pueblo, porque ellos son más y son los que tienen la razón. Creo que los peruanos con esa energía y esa espiritualidad pueden salir adelante. Yo lo veo en sus bailes. Bailan fuerte, con energía. Esa fuerza la pueden usar para resolver sus problemas personales y así ayudar a resolver los problemas del país. Aprender a amarlo, a quererlo, a respetarlo y a cuidarlo. ¿No te ha interesado lanzarse a la piscina de la política?  –No me gusta la política, respeto mucho ese terreno. Creo que los políticos sabrán como hacer el bien y espero que lo logren, depende de su corazón y mentalidad. Yo creo que cada uno en su sitio. Yo como artista espero cantar y llevar mucha alegría. ¿Sueles trabajar mucho las letras de tus canciones o las escribes de corrido, en un momento especial? –Aunque soy perfeccionista no me cuesta mucho trabajo escribir, porque me gusta exteriorizar lo más que puedo mis sentimientos. Así nací y así me crie. Si uno tiene necesidades, privaciones, deseos de sacar a la familia adelante, de salir uno también adelante, entonces uno se coge de lo que sabe, le gusta, e intenta superarse.  ¿Ese fue tu caso? -Creo que uno es merecedor de su triunfo. No es difícil llegar al éxito, sino merecerlo. Para mí las canciones y las composiciones son una válvula de escape, uno tiene muchas cosas que decir, sentimientos frustrados, sentimientos por realizar, o un desengaño pasional. ¿Se te ha ocurrido escribir y publicar poesía? -Tengo que aprender primero. No creo que mis canciones sean poesía, sin embargo, con el tiempo se sabrá. Las cosas toman otro valor cuando uno ya no está.

porque mucha gente depende den mi trabajo. También me siento obligado, porque me gusta, la gente me obliga a seguir adelante. Se te conoce como una persona romántica, ¿qué es el romanticismo para ti?  -El romanticismo es convertirse en todo lo que uno aprecia. ¿Es importante la fantasía para Juan Gabriel?  -Yo creo que todo en la vida es una ilusión, menos la salud. Creo que todo es fantasía y que uno debe aceptar la realidad de la vida.  ¿Acaso no se trata de convertir esas fantasías en realidades?  -Las fantasías son fantasías. Los sueños son los que hay que hacerlos realidad. Si sueño con ser mejor, debo esforzarme por lograrlo. ¿Y cuáles son tus sueños inmediatos?  –Superarme, evolucionar, aprender mucho de la gente, de las cosas, de la vida. Hay tanto por saber, tantas cosas que se han quedado inconclusas por las mismas ocupaciones materiales, que nos alejan de lo espiritual que es, a fin de cuentas, la verdad de la vida. Muchas veces uno anda entretenido en la vida material, trabajando para ganar dinero o para comprarse casas, joyas, coches, mujeres…pasiones, y uno se olvida de uno. ¿Qué es el amor en tu vida?   –Todo es amor, amor a la madre, al padre, a los hijos, a la familia y a sus semejantes; mientras no tenga un contacto sexual, porque entonces es pasión. ¿Y no es necesaria la pasión?  -La pasión, medida, como todo, dosificada, es indispensable porque es una necesidad fisiológica. ¿Eres pudoroso con el sexo?  –No, pero depende de las edades y yo ya tengo cuarenta. De todas formas, pienso que los hombres somos más púdicos con el sexo que las mujeres. A las mujeres siempre se les ha dado eso del sex-appeal, la fatalidad. Y lo más hermoso, la maternidad!. ¿Te sientes contento consigo mismo? –Me siento feliz. Soy una persona realizada. ¿No te deprimes de vez en cuando?  –No, a mí no me conviene eso. No me deprimo, me entristecen algunas injusticias, por ejemplo, lo que pasa en Somalia, o la gente que se dice pobre porque no trabaja. Yo creo en el trabajo, en el esfuerzo propio, en el merecimiento.

¿Eres católico?  -Yo respeto todas las religiones, pero primero creo en mí, después en todo lo demás. Hay mucha gente que le tiene miedo al compromiso de superarse, entonces empieza a inventar religiones, y así, antes de creer en ellos mismos, andan creyendo en otras cosas. ¿Idealista?  – Creo en la gente, me gusta conocer a la gente porque es de donde yo cojo toda la información. La gente es un estuche de sorpresas y hay que quererla como es. Si pudieras pedir tres deseos para que el mundo mejorara…  –Pediría primero que todo el mundo creyera en sí mismo, luego en las religiones; que la gente comiera naturalmente y que respetara la vida de los demás, en este caso, la de los animales, y, por último, que se ame a sí misma, para poder amar a los demás. Estos no son tres deseos, son tres necesidades. Me cuentan que no das entrevistas, que no te gustan. ¿El Perú te cambió?   –Me siguen sin gustar. En el pedir está el dar, Verónica. Hay periodistas que no me preguntan y ponen su propia conclusión, como si me hubieran entrevistado. Hablando del Perú y su influencia en mí, yo creo que todo lo que es positivo te cambia. Me gusta Perú, su humildad, su gente, su naturaleza, su sabiduría, su tradición, sus costumbres, sus raíces…muchas cosas…por eso tú también estás aquí, ¿no?

Nos despedimos entre risas y fotos. Juan Gabriel continuaba su camino y yo mi descenso a la ciudad, bajando por los andenes hasta tomar el tren que me llevaría al hotel. En mi mente resonaba su voz, la nostalgia del amor que no tuvo en la infancia y que lo quebró. De esa profunda grieta nacieron sus canciones para el mundo entero.

1999 – JESÚS Q´ANAQ – PERÚ

REVISTA COSAS PERÚ 1993

SACERDOTES ANDINOS

La hoja de coca tiene una maravillosa historia milenaria que comienza cuando usted llega a la ciudad de Cusco. Ya sea en la casa más humilde o en los hoteles más modernos de la ciudad, la bienvenida llega con una taza de agua bien caliente y unas hojitas en su interior que tiñen el líquido de un verde amarillento. Es un mate de coca para aliviar el sorojche producido por la falta de oxígeno en la altura.

“Antes de la llegada de los españoles, nosotros teníamos nuestra propia religión, Dios no era el taytacha de la cruz sino la naturaleza. Ahora los hemos juntado, a la los cerros guardianes, al sol, a los rayos, a Jesús y la Santa Cruz.

Si desaparece la hoja de coca desaparece nuestra cultura.” – nos cuenta Jesús Q´anaq mientras caminando subimos, junto a sus aprendices ataviadas con la típica vestimenta del pueblo de Pisac, hacia Sacsayhuaman, la fortaleza Inca, donde nos predecirá en futuro leyéndonos la hoja de coca.

En la religión andina existen dos tipos de sacerdotes, los Pampamisayoq como Jesús Q´anaq y los Altomisayoc. Los dos tienen para los pobladores la misma importancia y merecen el mismo respeto, ya que la religión andina no tiene la estructura piramidal como la católica. La diferencia radica en el ámbito donde operan y en el tipo de problema a solucionar.

Los Pampamisayoq realizan el oficio de adivinación del futuro por medio de las hojas de coca, la curación de dolencias mediante plantas medicinales del ande y el ritual de los despachos u ofrendas al espíritu de la madre tierra, la pachamama o al espíritu del cerro llamado apu más cercano a su comunidad, para tener buena cosecha y mantener sano el ganado. En cambio, los Altomisayoq sólo son consultados en casos excepcionales. Ellos además de realizar despachos y poseer poderes adivinatorios, tienen un ámbito geográfico mayor, puesto que pueden comunicarse con varios apus al mismo tiempo, pudiendo curar males causados por espíritus malignos.

Los layqa son aquellos que practican la magia negra, cuyos poderes provienen de un pacto con el demonio o con el rayo, pero su sabiduría jamás supera a la de los Altomisayoq. Es difícil reconocerloslos tres se esconden bajo sus ponchos y chullos coloridos y guardan en secreto sus poderes.

La cosmovisión del hombre andino se basa en tres estamentos, el Hanaqpacha o mundo superior, donde se encuentra Dios, la virgen, los santos y los espíritus de los muertos que hayan observado conducta ejemplar en la tierra. El kaypacha, este mundo terrenal, pertenece a los apus, a los espíritus malignos, al humano, a las plantas y seres inanimados. Por último, el Ukhupacha, el mundo interior habitado por pequeños hombrecillos que pueden ser destruidos por un terremoto o tormenta eléctrica, producidos cuando el habitante andino deja caer a la tierra por descuido el bolo de hojas de coca que suele chacchar o succionar, para extraer sus nutrientes, que los protegerán de la sed, el hambre y el cansancio al trabajar la tierra. Otros designan al mundo interior como morada del Supay o diablo.

Para la gente del Ande, así como los cerros tienen su espíritu, también lo tienen los astros o fenómenos naturales

La luna, llamada mama killa es un ser femenino, probablemente la esposa del sol e interviene en la fecundidad de las cosechas y los animales. El sol Inti, era en la antigüedad el Dios de la guerra, no interviene en los ritos contemporáneos. El chijchi, granizo, el rit´i, la nieve y la qhaqya el rayo, son tres hermanos terribles y malévolos que destruyen las cosechas, matan al ganado y al ser humano. Sin embargo, es por medio del rayo es que los apus confieren poderes adivinatorios a los Altomisayoc y Pampamisayoc, convirtiéndolos en paqos o adivinos.

Los soq´a, son espíritus malignos que habitan en las antiguas tumbas. Los principales soq´a son, el machu que se presenta cuando la mujer es infiel al marido, embarazándola con una criatura deforme. La paya es la versión femenina del machu, pero solo posee a los hombres que duermen cercanos a las tumbas, causándoles una enfermedad purulenta en los genitales. El pujyu ataca a los niños produciéndoles enfermedades estomacales y el ñak´aq, degollador de hombres, ronda en los caminos para robarle al solitario el sebo que se encuentra en sus costillas. Este opera lanzando a la víctima polvos adormecedores y si, a los cinco días de malestar la víctima no descubre al ñak´aq, no hay Altomisayoc que lo salve de la muerte.

Jesús Qanaq, luego de solicitar permiso al apu Ausangate, uno de los 12 que rodean a Cusco y de brindar con aguardiente y rociar a la pachamama, saca de su chuspa, típico bolso tejido con lana de llama, un puñado de hojas de coca y las lanza sobre su manta.

“Regresarás a vivir a Cusco y contarás nuestra historia a los vientos, para que los hombres de otras culturas conozcan nuestras costumbres y éstas no se pierdan en los tiempos modernos”- finaliza Jesús, paqo y Pampamisayoc reconocido por sus dotes adivinatorias, luego de una larga y fría mañana donde el sol apenas nos entibia el rostro.

1995 – TRIBUS URBANAS – ESPAÑA

DIARIO EL MUNDO PERÚ 1995

Mientras algunos sectores de la sociedad europea intentaban evitar la decadencia consumista planteando­ alternativas para un mundo mejor, como los movimientos ecologistas; otros, aburridos del establishment reinante comenzaron a crear contraculturas que obedecían, más que a razones políticas o filosóficas, a la posibi­lidad de inventar una moda y un estilo musical atractivo que los sacase del tedio existencial.

Los clanes europeos

Inglaterra, 1970. Los mods intentaban sobrevivir vestidos como a principios de los sesentas. Ellos con elegantes trajes a medida y angostas corbatas, ellas: calzado “taco aguja” y sastrecito Chanel.  En la puerta de los pubs de moda, atrapados por las garras del consumo, lucían sus perfectos peinados franceses sobre sus relucientes motocicletas Vespas o Lambrettas, ataviadas con decenas de espejitos, mientras devoraban las últimas anfe­taminas de la noche al son del rhythm and blues norteamericano.

En la otra esquina de Picadilly Circus, un grupo de punks baboseaba bajo los efectos de los barbitúricos, la anárqui­ca destrucción del mundo nice. Sus pelos habían sufrido la descarga de 2,000 vol­tios, sus pies calzaban borceguíes y lleva­ban prendidos de sus casacas de cuero negro los símbolos con los que se identifi­caban: la asquerosidad del mundo, las cadenas, la muerte, el heavy metal. De Estados Unidos llegaban a Europa los mode­, los de las primeras bandas de motociclis­tas, hippies rudos y violentos, bebedores de cerveza y cultores de la grosería, copa­ban las calles y avenidas con sus ruidosas motos Harley Davidson.

Un nuevo ritmo se sumaba a este afán de ser distintamente iguales. Jamaica ha­bía llegado a Inglaterra. Atrás de las dora­das playas jamaiquinas que ofrecían las agencias turísticas, en la isla se estaba gestando un movimiento de protesta. Pro­testa porque el 77% de la población negra era dominada por un pequeño grupo de blan­cos, debía trabajar para sobrevivir en las minas de bauxita, en la recolección de la caña de azúcar, café o tabaco.

Es­tos marginados, llamados rastas, encon­traron en la música, la música negra de su sangre, una forma de protesta pacífica. Nacía el reggae.

Un grupo de negros, negados a la ex­plotación, se marginaron de la sociedad. Fumaban marihuana con la mirada pues­ta en el vacío de su quietud y se dejaron crecer el pelo en largos tirabuzones, lla­mados por ellos sus roots, sus raíces. Es­tos marginados, llamados rastas, encon­traron en la música, la música negra de su sangre, una forma de protesta pacífica. Nacía el reggae.

Los rastas decían ser descendientes de una de las doce tribus extraviadas de Israel arrancados de las costas atlánticas de África y llevados como esclavos a Ja­maica. En el año 1927 un nacionalista ja­maiquino, Marcus Garvey, predijo el sur­gimiento de un nuevo emperador africa­no. Tres años después fue coronado en Etiopía el emperador Halle Selassie, des­cendiente directo de Salomón y la reina de Saba.

Los Elegantes Mods

Peter Maiden antiguo mananger del grupo musical mode The Who, decide, ante la necesidad de inventar un nuevo estilo, crear el hard mod. Los mods comienzan a cortarse el pelo y a cambiarse sus impecables camisas a medida por las no menos elegantes Ben Sherman, polos Fred Perry y mocasines Doc Martins. Una moda estilista poco accesible para el grueso de sus seguidores. Seguidores, trabajadores en su mayoría, que optaron por dejar la moda Buckingham para las discotecas y llevar de rutina, a bordo del transporte público, los vaqueros y borceguíes punks. A este estilo se lo llamó el skinhead look o cabezas rapadas y de aquí viene la costumbre del pogo, bailar dándose empujones, como si estuvieran dentro de un autobús.

Las Drogas sintéticas

El Circo se había repartido en las principales ciudades de Inglaterra, Francia, Holanda y Alemania occidental. La locura psicodélica de las drogas invadía Europa y formaban parte de esta sociedad de consumo llamada Tribus Urbanas. Los ácidos venían de Amsterdam, el hachís verde venía de Marruecos, el rojo del Líbano, el negro de Afganistán. Años 80. Los barbitúricos habían pasado de moda y la heroína comenzaba a seducir a la juventud. Una variada gama de sensaciones como escape a su pobreza espiritual. Los fabricantes, atentos a las modas, producían cientos de modelos que distinguían en su igualdad a los que pretendían ser diferentes. Aprovechando la explosión de nuevos ritmos, los productores musicales hicieron surgir a extraordinarios músicos, es su época.

A comienzos de la década de los ochenta los problemas sociales comenzaron a surgir en Europa. Los inmigrantes latinos ocupaban puestos de trabajo ante la desocupación de los nacionales. Los africanos traían la heroína, provocando el colapso de una sociedad vieja y cansada, agotada y decadente. Sumado a esto, la caída del muro de Berlín, justificaba el matiz político nacionalista y fascista, con el que se iban tiñendo los skinheads.

Al margen de esta variedad social, frente al problema de la vivienda, habían surgido en Londres los squatter. Personajes de diferentes tribus urbanas que se instalaban a vivir en forma comunitaria, en una casa o departamento que tuviese problemas legales con el Estado, ya sea por estafa o quiebra empresarial. Los squatter ocupaban la vivienda, manteniéndola y reparándola, hasta que una orden judicial les deparara otro destino.

Las tribus urbanas llegaron a España con un poco de retraso. Aún quedaba, a pesar del destape provocado por la democracia, las franquistas censuras mentales.Las tribus urbanas llegaron a España con un poco de retraso. Aún quedaba, a pesar del destape provocado por la democracia, las franquistas censuras mentales. Unos cuantos punks ponían cara de asco para escandaliza a las viejas pueblerinas que aún no lograban entender este cambio generacional. Pitucos mods bailaban en las discotecas de Aurrerá en Madrid, los rastas eran esos locos vegetarianos que bailaban reagge y se fumaban canutos de marihuana, vitamina para el espíritu, a diferencia del tradicional hash.

Los rude-boys, los hard mode, los eska­líticos, metálicos o raperos no la tenían tan clara pero allí estaban adornando los bares y las plazas de las ciudades es­pañolas. Ya estamos en los noventas. Dos gru­pos se mantuvieron sólidos en una Espa­ña que comenzaba a afrontar la enferme­ dad del consumo, la quiebra económica con 3 millones 500 mil parados.

Los squat­ter, llamados okupas -antirracistas y anti­fascistas- quienes defendían la igualdad de razas, el derecho a la vivienda y a la in­sumisión, habían instalado tres grandes frentes.

Los Vascos al norte como pione­ros, el grupo de choque, en Madrid, Mi­nuesa, como centro literario-cultural, y al sur, en Valencia, El Cassals, la comuni­dad okupa mejor organizada de toda Es­paña.  Por último, el grupo de los skin­heads, incentivados por el nacionalismo alemán y copiando a los seguidores de Le Pen en París, provocaban “por principios” enfrentamientos contra los okupas.

VALENCIA CASA ENKANTADA

Oscurece. La Valencia mora se ha convertido en un cómic. Una hilera de bares con mesitas en las veredas, en una calle cuyo nombre no importa. En uno de esos bares estamos Marina y yo. Marina intentando explicarme a los personajes de esta fauna humana y yo, intentando entender las laberínticas transformaciones, mientras esperábamos el permiso de los okupas para poder entrar en el Cassals. A los okupas no les hacía gracia los extraños y menos las fotos “…que es eso, hombre, como si fuéramos bichos raros” – comenta Miguel peinándose la cresta roja con saliva en la mano.  ¡Hasta espías de los skinheads podíamos ser!

Los emisarios regresan. Mañana podemos entrar. Hoy solo conversamos de sus cinco principios fundamentales

El primero, que no los fastidien. Que los dejen vivir en paz, integrados a la sociedad, con su rollo anticonsumista. El segundo, apoyan y protegen a los inmigrantes latinoamericanos y marroquíes de los fachos skinheads que les andan tirando palo. Tercero, están en contra de la heroína, aunque permiten cualquier otro tipo de drogas. Cuarto, en contra de las armas, de la mili -servicio militar obligatorio- y a favor de la insumisión. Quinto, la propuesta es la música, el hard rock. Quedó claro.

La casa okupa se levanta atrás de la Cruz Roja de Valencia. Es grande, muy grande. Sus paredes están escritas con graffitis o pintadas con esmalte. Todo es colorido y alegre. El bicho raro soy yo. Es la hora del almuerzo. Los okupas terminan su plato en el comedor vegetariano, uno de los sostenes económicos de la comunidad, pro es mejor dejar que ellos nos lo cuenten con sus propias palabras.

¿Cómo te llamas? –“Soy uno más. El nombre no importa sino el pensamiento de los okupas, y eso es de lo que te voy a contar”. Adelante….“En los años setenta ante la carencia de viviendas, algunos colectivos sociales juveniles comienzan a ocupar casas y departamentos. Algunas ocupaciones se dan solamente por el problema de la vivienda, otras, como la nuestra, intentan liderar un espacio para contrarrestar el sistema de consumo o capitalista. Este ligar sirve desde 1990 como centro social y cultural, donde se encuentran grupos antirracistas, ecologistas, feministas, anti represión, etc., que no quieren esperar a que se dé la gran revolución. La intención, es crear nuestro propio espacio liberado, aunque sea pequeñito, solidarizándonos con los grupos minoritarios que defienden razones justas. Aquí no hay sindicatos, no hay partidos políticos, no hay poder como tal. ¿Y cómo se sostienen económicamente? Mira, aquí vivimos 15 personas. Todos los sábados damos conciertos gratuitos y el dinero que recaudamos en el bar, uno de los cuatro sábados que tiene el mes, lo empleamos para mantener la casa. Los sábados restantes cedemos el local a grupos colectivos para que recauden dinero para sus propias causas. ambién tenemos un comedor vegetariano para todo el que quiera venir.

Es­tos marginados, llamados rastas, encon­traron en la música, la música negra de su sangre, una forma de protesta pacífica. Nacía el reggae..

LA MÚSICA Y LA FRATERNIDAD

Al margen de esto, el centenar de personas que pasan diario por aquí, no vienen a establecer una relación comercial, sino a comunicarse, a participar en los talleres gratuitos de idiomas, marionetas o teatro. A crear una música distinta. Para ello hemos construido seis salas de ensayo que prestamos, gratuitamente, a 17 grupos musicales. La nuestra es una alternativa creativa para luchar contra el mundo consumista”. Una música e ideales que pronto se verán atrapados por el sistema… “Entonces seguiremos buscando alternativas”. ¿Y cómo viven la represión policial? “Muy duro. Por ejemplo, el otro día la policía local le dio una paliza un marroquí llamado Jamir. Lo dejó sin cojones. Entonces nosotros nos lanzamos a la calle a protestar. A partir de ahí la policía se nos echó encima, también los skinheads.

¿Y cuál es la respuesta de la sociedad consumista ante vuestra propuesta? Tratan de mantenernos en la autodefensa, que tengamos que estar permanentemente en tensión, en una dinámica de respuesta a una agresión que perdamos energía y tiempo. Defendiéndonos en vez de crear. Porque en la medida que podamos construir cosas que sirvan de ejemplo para cuestionar su propio sistema, que es muy grande, pero con los pies de barro vamos a ser sus enemigos. Nosotros no tenemos uniformes, ni jerarquías, ni metralletas, es más, estamos en contra de todo ello. Y con las drogas, ¿cómo lo llevan? “Creemos que el tema de las drogas es muy personal. Drogas han existido siempre. Estamos en contra del tráfico, la mafia policial y los políticos. No estamos contra las drogas, sino en contra de la mafia de las drogas. En Valencia se consume mucho, desde el hash, anfetaminas, mezcalina, ácidos y derivados de éste. Lo que sí nos preocupa es la heroína, pero no de los enganchados, a quienes les damos charlas y una alternativa para salir. Algunos de los sectores de la sociedad los critican por ser sucios y desaliñados… Posiblemente, pero la televisión te atosiga, te dice como moverte, actuar, como vestirte. Me gustaría saber, si la televisión no existiese, como andarían vestidos ellos”.

1988 – MARIO VARGAS LLOSA – PERÚ

REVISTA VISIÓN LATINOAMERICANA 1988

El escritor peruano Mario Vargas Llosa ha sido señalado como el candidato ideal para ocupar la candidatura presidencial del Frente Democrático FREDEMO -que agrupa en Perú a los partidos Acción Popular y Partido Popular Cristiano y a la agrupación Liberad- para el período 1990/1995.

Vargas Llosa aún no lo confirma, pero sus viajes al interior del país dan muestra de la necesidad de fortalecer este Frente político a nivel nacional.

El Perú se encuentra en una aguda crisis política y económica. Por primera vez la Célula Parlamentaria Aprista, ha cuestionado las decisiones del carismático presidente Alan García, a lo cual se sumaron fuertes rumores de golpe de Estado. El escritor y su diagnóstico político en esta entrevista.

El expresidente Fernando Belaúnde Terry, en una reciente declaración, lo propuso a usted como candidato presidencial del FREDEMO para las elecciones de 1990. ¿Qué responde ante esa propuesta?  –No hay candidatos y es un tema que no se va a tocar, según acuerdo expreso de los tres dirigentes del Frente, antes de que éste haya elaborado su programa y se haya constituido a nivel nacional. ¿Usted podría decir que no va a ser candidato presidencial?  –No podría decir que no voy a ser candidato presidencial. ¿El FREDEMO está elaborando su programa de gobierno?  –Está ahora en plena gestación. Nos parece que lo responsable era proceder de este modo, no elegir unas personas y luego construir un programa para ellas, sino primero elaborar un programa y en función de éste, elegir a las personas más adecuadas para representarlo y presentarlo a la opinión pública. El Frente ha constituido más de 30 comisiones que abarcan cada uno de los ramos de la vida económica, social e institucional del país, con representantes de las tres fuerzas que lo integran, han hecho primero un diagnóstico de la realidad nacional y a partir de allí han comenzado a elaborar un programa de gobierno.

¿Alguna sinopsis …?  –Se elabora con un criterio más técnico que ideológico. Nuestra idea es que a este trabajo debe incorporarse el mayor número de profesionales, de técnicos, de gente que conoce los problemas del Perú a través de su experiencia, de tal manera que el programa tenga un carácter muy realista, viable y pragmático. Pensamos que el Perú va a llegar al año 90 en una situación bastante difícil, que el realismo debería ser una característica principal del programa del Frente. Luego de una larga política de congelamiento de precios el gobierno peruano ha tomado severas medidas económicas, como el alza del 200 % en la gasolina y productos en general y un 340 % en las medicinas. Según el gobierno, las medidas económicas tomadas, reducirán a cero la inflación en 120 días. ¿Está usted de acuerdo con las nuevas medidas económicas y piensa que el APRA llegará a su cometido? –Desgraciadamente soy algo escéptico sobre la eficacia de estas medidas, tengo la impresión de que este plan de reajuste se ha elaborado de una manera algo precipitada. Falta en él un componente que sería indispensable para que tuviera éxito, la ayuda exterior, que es lo único que podría amortiguar en algo la dureza de los sacrificios que se exigen al pueblo peruano.

¿Cree que las medidas económicas reducirán el déficit fiscal? –Eso no está muy claro hoy día, si las medidas van a reducir el déficit fiscal, que es la fuente de la inflación. Los primeros análisis de los expertos indican que no, que este déficit se reduciría algo, pero no totalmente, ni siquiera drásticamente. 

 Entonces, ¿qué propondría el FREDEMO para salvar al país del caos económico? –Una revisión radical de las políticas que nos han llevado a este desastre.

La base de la crisis en estos momentos está en ese terrible déficit fiscal. Mientras exista, la inflación va a continuar; y la inflación es el enemigo número uno de los pobres y del desarrollo económico del país.

Por otra parte, el inmenso sacrificio que signi­fica un plan de estabilización para una economía que está tan profundamente deformada por las prácticas intervencio­nistas requiere de una ayuda exterior. Eso, en el Perú, no se ha logrado por la terquedad del gobierno en impedir el diálogo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es requisito indispensable para que los otros organismos internacionales de crédito le presten al Perú la ayuda que necesita en este momento.

Usted ha señalado la necesidad de erradicar la enorme corrupción buro­crática que existe en el Perú. ¿Algún plan para llevarlo a cabo?  –El Estado es la fuente principal de la corrupción institucionalizada en el Perú y ha crecido de una manera desmesurada, sobre todo a partir de 1968 con la dictadura de Juan Velazco Alvarado, y en estos tres últimos años con la política del presidente Alan García. Es un estado sobredimensionado en la que se han ido inventando trámites e instancias burocráticas, de tal manera que la corrupción quede justificada o institucionalizada en prácticas burocráticas. Esto no se va a resolver hasta que el Estado no se reduzca a unas proporciones razonables. Referente a la lucha antisubversiva ¿FREDEMO continuaría con los Estados de Emergencia, en manos de las Fuerzas Amadas o encararía el problema de otro modo? –Yo creo que las autoridades civiles son las que deberían tomar el liderazgo de la lucha contra la subversión. Sólo si hay una movilización de todos los peruanos que sienten que lo que está amenazado con la subversión es la democracia, es decir, el sistema que ellos han elegido y res­paldan, hay posibilidades de que esta lu­cha tenga éxito. Naturalmente, deben participar las Fuerzas Armadas y la poli­cía, pero deberían participar como me­ros instrumentos, como meros ejecutantes de una política que la autoridad civil promovería y encabezaría. Creo que has­ta ahora, el hecho de que la lucha an­tisubversiva sea tratada como un pro­blema policial o militar, en el que las autoridades civiles no han querido ensu­ciarse las manos, ha con tribuido a que el país vea esto como una lucha entre mili­tares y terroristas, lo que es un error. Se han dado posibles soluciones para eliminar la producción de coca en el Perú. Se habló de usar el herbicida Tebuthiuron, de una fuerza multinacional, y otra que propone que Estados Unidos debiera comprar directamente al peruano su producción de coca, quitándole mercado a las mafias colombianas ¿Cómo enfrentarían el problema? –El problema me parece sumamente complejo y creo que tiene que resolverlo básicamente el Perú. Como el incentivo mayor para el cultivo de la coca y la “industria” del narcotráfico es la existencia de los mercados en los países desarrollados, éstos tienen la obligación de cooperar y a mejor manera de hacerlo es ayudándonos a crear unos incentivos económicos que induzcan al campesino a sembrar productos lícitos. 

Allí es donde debe de estar orientada la solución más conveniente para el país y para la comunidad internacional. Ahora hay una inmensa cantidad de campesinos que siembran coca, pero no se puede ha­blar de ellos como narcotraficantes que quieren violar la ley.

Son gente suma­mente humilde que no consume cocaína, pero como hay un incentivo económico tan grande, esto los induce a sembrar co­cales.

En las últimas semanas se corrie­ron versiones de renuncia presidencial, dé golpe de estado y autogolpe. ¿Usted cree que el presidente Alan García propiciaría un clima político que le impi­diera finalizar su mandato? –El sistema democrático tiene que ser pre­servado, esa debe ser una prioridad para todos los peruanos que quieren un futu­ro civilizado para este país. El presiden­te, que fue elegido por los peruanos, debe de terminar su mandato y es la obliga­ción de todos, seamos partidarios o seamos críticos de él, como nosotros, de contribuir a que el presidente constitu­cional termine su mandato y poner ab­solutamente una negativa clara y resuelta contra cualquier intento de quiebra del orden constitucional.

 ¿Cree que exista coyuntura en las fuerzas armadas donde surgiera un caudillo que diera un golpe de estado? –No. Yo creo que, en el Perú, a pesar de que hay una gran división entre los peruanos, hay una inmensa mayoría que no quiere que se vuelva a estados de facto y que nuestra democracia se des­plome. Salvo sectores violentistas, creo que nadie apoyaría un golpe militar. ¿Usted ha sido marxista en algún momento de su vida? –Estuve muy cerca del marxismo de joven; fui un marxista heterodoxo, muy influenciado por marxistas que no eran ortodoxos como Walter Benjamín. Leí mucho a Benjamín en una época. Me influyó mucho un marxismo que me llegaba a través del existencialismo ya que Sartre tuvo mucha influencia y Merleau Ponty. Ese tipo de marxismo, revisado por el existencialismo, por la escuela de Frankfurt, tuvo mucho éxito en la década de los 50 y parte de los 60. ¿A qué se debe su rechazo, su cambio ideológico? –Yo tuve una experiencia de lo que llaman el socialismo real. Conocí los países socialistas, vi la evolución de Cuba bastante cerca, vi lo que significó el intento de democratización del socialismo en Checoslovaquia. Estuve en Praga durante la famosa “primavera de Praga” y ver cómo ese experimento fue reprimido brutalmente me llevó a un proceso, de revisión de convicciones y ciertos entusiasmos. Y desde entonces, aunque no creo que hayan cambiado mis ideales de juventud, estoy más bien convencido que es el sistema democrático, de la ley, de la libertad, del consenso, de las elecciones, el que puede asegurar mejor el desarrollo de los países, que los sistemas apocalípticos, que los sistemas socialistas autoritarios. 

¿Usted cree que el glasnost y la perestroika de Gorbachov representan el fracaso del marxismo como mencionara en un reciente discurso o que el marxismo cumplió en su momento con el cometido y ahora hay una necesidad de liberalización en el campo económico? Yo creo que representan el fracaso del modelo marxista del desarrollo. Creo que la gran utopía del socialismo marxista en cierta forma ha encontrado su toque de silencio, su toque fúnebre con la perestroika y el glasnost. Significa la renuncia a los postulados básicos del marxismo conservando la retórica marxista. Pero que después de 60 años el marxismo diga no, es decir, la economía centralizada, planificada, la economía estatizada es incapaz de llevar a un país a la prosperidad, a la modernidad. Si continuamos dentro de ese sistema nos quedamos rezagados, vamos a seguir cada vez más lejos de lo que son los países modernos y tecnológicos. Entonces, vamos a empezar a abrir mercados, a llamar al capital extranjero, vamos a admitir la propiedad privada. ¿Pero cree que el marxismo cumplió su función en aquella época? –Bueno, hay unos aspectos que el marxismo indudablemente, ha ayudado a esclarecer. La intervención de la economía en el desenvolvimiento de la sociedad como el origen y raíz de todas las mani­festaciones de la vida social y cultural, pero sí que el aspecto económico cum­ple una función central dentro de lo que es la evolución histórica de una sociedad. Y, por otra parte, el socialismo sirvió pa­ra crear una conciencia y una sensibili­dad respecto a la condición obrera, a la explotación. Ese aspecto ético del socia­lismo me ‘parece que está vigente. Lo que no está vigente es la teoría de la historia, la explicación de la sociedad y muchísi­mo menos las recetas para el desarrollo económico de un pueblo y para el esta­blecimiento de la justicia social. Ningu­na de las dos cosas las ha alcanzado el marxismo en los países donde llegó a controlar el poder. 

Al mismo tiempo el socialismo ha contaminado con una cier­ta ética a la democracia, y esa es una con­tribución indudablemente positiva.  Entrevista y fotos: Verónica Sáenz Porras. Perú 1988.

1992 – RONDAS CAMPESINAS – PERÚ

REVISTA VISIÓN LATINOAMERICANA 1992

Desde que el denominado Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso inició la lucha armada en 1980, los cam­pesinos ayacuchanos fueron los más cas­tigados. A comienzos de la década, las comunidades aisladas, escondidas entre los cerros, eran visitadas de manera poco amigable, tanto por Sendero Luminoso como por las Fuerzas Armadas del Perú.

Ambos acusaban a los campesinos de colaborar con el otro bando. El precio, por intentar mantener una actitud imparcial, significaba robos de sus pertenencias, violaciones a sus mujeres y desapariciones de los pobladores.

A partir de 1984 los comuneros, forza­dos por la violencia imperante, optaron por organizarse en Rondas Campesinas de Autodefensa para luchar contra Sendero Luminoso. El ejército asesoró y entrenó a las rondas, pero no les proveyó de armamento, ni permanecieron en  sus comunidades para darles protección.

El destino de los ronderos era defen­der su territorio, con las únicas armas con que contaban: rústicas lanzas, machetes y cuchillos. Como consecuencia de la organización campesina, los senderistas, superio­res en número y armamento, atacaron a cientos de pequeñas comunidades ronde­ras, convirtiéndolas en cenizas.

En los años subsiguientes las comunidades se reorganizaron, mientras se iniciaba el debate político sobre si se debía o no armar a las Rondas Campesinas. Hasta entonces no existía un dispositivo legal que las reconociera como organización de auto­defensa, menos aún manuales sobre los deberes y derechos de las mismas.

 

Rondero que se accidentaba, debía pagar por sus medicinas o internamiento. Sólo la Cruz Roja Internacional socorría a los ronderos heridos en algún en­frentamiento. Los familiares debían encargarse de los huérfanos y viudas de los ronderos que morían duran­te las incursiones senderistas.

LA OFENSIVA CIVIL

En junio de 1990 el gobierno y el ejército, entendiendo como necesaria la participación de las rondas campesinas en la lucha antisubversiva,  decidieron intensificar su formación, no sólo en Ayacucho sino también en el departamento de Junín. Para ello comenzaron a armar con escopetas a los ron­deros y autorizar el uso de las llamadas “tirachas” armamento hechizo confeccionado por ellos mismos, de muy poca efectividad.

Hoy, en todo el departamento de Ayacucho hay más de 500 comunidades constituidas en Rondas Campesinas o de Autodefensa Civil. La es­trategia consiste en organizar­las en forma de espiral, a partir de una base o patrulla del ejérci­to, a modo de irle quitando te­rreno a la subversión, y alimentos y pertrechos para su supervivencia. Sin em­bargo, las comunidades que se encuentran en el límite de cada espiral, las que recién están to­mando la decisión de organizar­se, son las que vienen sufriendo los últimos ataques senderistas.

Por este motivo y temiendo que los subversivos atenten con­tra las comunidades con mayor violencia, el ejército y los ronderos decidieron. a comien­zos de diciembre pasado, que la mejor defensa era el ataque. Hoy ronderos y soldados han inicia­do la ofensiva, saliendo en pa­trullas desde sus comunidades, para buscar a la fuerza principal de Sendero Luminoso, resguardada en las alturas del cerro Rascchuillca.

ÉXITO DE LAS RONDAS DE AUTODEFENSA

La organización de las ron­das ha significado para Sendero un golpe bajo. En primer lugar, porque le quitan masa para sus bases de apoyo. En segundo lu­gar, restringen su terreno de ac­ción. Luego, el rondero conoce sus cerros, camina ágilmente en la altura y encuentra con facili­dad los desplazamientos de Sen­dero. 

Por último, los ronderos son los soldados que el ejército no tiene para controlar todo el territorio.

Para contrarrestar el fortalecimiento de las rondas y quizás basados en los excesos cometidos por algunos ronderos, los “comandos” -jefes ronderos-, son acusados ante la fiscalía por abuso de autoridad o robos de tierra o ganado.

La intención de Sendero es desprestigiar internacionalmente a los comités de defen­sa civil para obligar al gobierno a retirar el apoyo logístico.

 Sin embargo, la situación del campesinado es crítica. La falta de créditos para el agro y los bajos precios de los cultivos se suma a la pérdida de horas de trabajo del campesinado, que debe integrar la defensa civil. Ante esta situación, el Congreso de la República, final­mente aprobó la ley de Rondas Campe­sinas, postergada por años.

LEY DE RONDAS

En ella, no sólo se legaliza la posesión y uso de determinadas armas para la autodefensa de sus comunidades, a fin de lograr la pacificación del país, sino también se establece que los servicios prestados en las rondas por los jóvenes, en edad militar durante el periodo de un año, serán considerados como cumplimiento del ser­vicio militar obligatorio.

Las lesiones su­fridas por los ronderos durante el cumplimiento de su función, serán asumidas por el Estado.

Asimismo, en caso de falleci­miento del Rondero durante el cumpli­miento de su función, los municipios distritales o provinciales cubrirán los gastos del sepelio y el Ministerio del Interior otorgará a los deudos directos, una pensión mensual equivalente a un sueldo mínimo vital.

Mientras la ley entra en funcionamien­to, los ronderos solicitan que se les entre­gue una mayor cantidad de escopetas y municiones, ya que las fabricadas por ellos no son efectivas. El presidente Alberto Fujimori se muestra firme en su decisión de conti­nuar organizando a las rondas campesi­nas y fortalecerlas, para lograr una mayor efectividad en la lucha contra­subversiva.

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